Así lo expresó el especialista en estudios penitenciarios, Pedro José Rondón, en referencia al sistema carcelario existente en el país, los cuales aseguró, se han ido abandonado su principal función como centros de rehabilitación para convertirse en lugares de descomposición psicológica y social
“Las leyes se van conformando como un elemento que esta pensado para penar y castigar, y eso lo que ha logrado es reforzar dos elementos claves. El primero es que toda persona que pasó por una cárcel no tiene recuperación y el segundo es que dado al rechazo que esto produce, buscan obtener lo que necesitan por medio de la violencia”.
Así lo explicó el especialista en estudios penitenciarios, Pedro José Rondón, en referencia a los estatutos legales que rigen los sistema carcelarios del país, que según analizó, poseen fallas en forma y aplicación; generando consecuencias que evidentemente repercuten en la persona que ha sido privada de libertad. Por tanto, en vez de pasar por una regeneración social, su condición moral y psicológica empeora.
Agregó que dentro del la actual situación carcelaria, los presos no presentan mejoras en sus conductas. Al contrario, refuerzan esa aptitud por la que fueron puesto tras las rejas, como elemento de protección o para forjar un estatus dentro del recinto.
“Un ser humano bajo la circunstancia de la justicia venezolana, no puede ser resocializado en esos espacios. Nada más el elemento de hacinamiento es obsesivo y llega a 504%. Un pedófilo o un estafador no se corrige en una cárcel, cuando sale a la calle vuelve a cometer el mismo delito”, aseveró.
Reforma de ley
En cuanto a la reforma de la Ley de Régimen Penitenciaria, señaló que el problema de los procesos carcelarios existentes, no se basan en la reconstrucción o renovación de normas, sino la aplicación clara de algunos estatutos ya vigentes que son una salida para los numerosos problemas que poseen prisiones venezolanas.
El hacinamiento por ejemplo, según el experto, es una de las condiciones que hacen que los recintos del país se encuentren en condiciones “inmanejables” para el Gobierno. Así como la dirección de estos lugares, que se encuentran en manos de personas no aptas para tales cargos, pues no poseen los conocimientos necesarios para regir en condiciones de tal magnitud.
“Pueden crear la mejor ley, pero qué estamos construyendo, si adentro tienen armas que para ellos representan poder, tienen dinero y tienen droga… en consecuencia, la ley más allá de una acción utópica que pudiera controlar en prevención la comisión de nuevos delitos, no es un elemento reforzador”, manifestó el especialista.
“Pasan factura”
Rondón, explicó que las “penurias” que sufre un privado de libertad son diversas y entre las más significativas está el hecho que pasa a ser un marginado social, por lo que automáticamente hereda rechazos de la comunidad e incluso de su familia, situación que no les permite conseguir empleos y formas para redimirse, es por ellos que toda esa “rabia infundada” los hace “pasar factura a la sociedad”.
“Estas personas no comen adecuadamente, todo el tiempo comen embutidos, sardina y mortadela pura. ¿Qué pasa con un reo que necesita una dieta especial?… se supone que la nueva ley respeta el derecho a la vida, pero qué tipo de vida lleva un preso en una cárcel que no responde las condiciones propias y dignas, desde la perspectivas penológicas, victimológico y criminológico ”, señaló.
Penas alternativas
Pedro José Rondón, el especialista en estudios penitenciarios, indicó que los reos deben ser clasificados por sus condiciones y delitos, pues quienes realizan crímenes menores, deben ser tratados con educación y no con detención permanente, donde el ladrón de artículos de una farmacia pasa a ser un delincuente experimentado en cuestión de dos años de estadía en un penal. Por lo que propone penas alternativas.
“Un buen ejemplo de esto es las cárceles de guardia y custodia nocturna, fines de semana, entre otros; para que de manera productiva se forme y se capacite con mecanismo adecuados para su reconstrucción. Aquí la norma es cárcel o nada, porque el legislador no ha abierto un compás de alternativas esa acción. Mientras tanto se siguen juntando pequeños traficantes con peligrosos asesinos”, concluyó.
“Mafias pueden controlarse”
El especialista en estudios penitenciarios, Pedro José Rondón, afirmó que las mafias en los centros penitenciarios pueden controlarse con varios puntos claves. Se deben cumplir con las requisas adecuadamente como objetivo principal, Usar tecnologías, como los detectores de metales, que determinen el tráfico de armas o objetos ilegales y finalmente, celdas individuales “un hombre sólo no puede forjar un botín”.
“Si dentro de un sistema penitenciario que funcione, un arma llega a colarse, esta acción es rápidamente minimizada con las requisas diarias, que de alguna forma u otra, debería detectar el objeto ilegal y decomisarlo. Pero como aquí no se hace, existen todos unos arsenales de guerra donde se supone, se debería estar forjando o reconstruyendo ciudadanos”, puntualizó.
Seminario Paz Activa
La posición frente a la reforma de la Ley de Régimen Penitenciaria, del especialista Pedro José Rondón, fue expuesta este martes durante el seminario organizado por la asociación civil Paz Activa. En el curso titulado “Leyes Necesarias para la seguridad Ciudadana”, diversos expertos presentaron sus perspectivas sobres estatutos vigentes y por aprobar, como la popular “ley desarme”.
Según su director, Luis Cedeño, este tipo de actividades están destinadas a coadyuvar en la formación y creación de normativas que consideran, hacen faltas en el sistema legal que actualmente rigen al país.
Anabel Barrios Díaz
abarrios@diariolavoz.net