ASUNCION. La campaña gratuita de inmunización de niñas contra el virus del papiloma humano (VPH) impulsada por el Gobierno de Paraguay se ha topado con la oposición de colegios católicos privados, que rehusaron la aplicación de la vacuna.
El ministro paraguayo de Salud, Antonio Arbo, se reunió hoy con los directivos de los colegios reticentes, con los que acordó que la vacunación se hará en esas instituciones una vez obtenido el permiso de los padres de los alumnos, según un comunicado oficial.
«No tiene nada que ver con la religión (…). No lo estamos impidiendo, simplemente estamos adoptando otra metodología», se defendió sor Nélida Stodutti, directora del colegio María Auxiliadora de Asunción.
En declaraciones a la radio asuncena Primero de Marzo antes de la reunión con Arbo, Stodutti reconoció que «probablemente» no contaba con muchos argumentos para sostener su posición y negó haber recibido presiones para adoptarla.
«Nos pareció mejor actuar así y que los padres decidan. Porque no es una vacuna común, conocida. Es algo nuevo que está llegando», abundó.
Un portavoz de la Conferencia Episcopal paraguaya (CEP) consultado por Efe dijo que la cuestión no se ha tratado en el seno de la CEP y que la decisión sobre las vacunas corresponde a los directores de los centros.
La reticencia de cuatro colegios asuncenos es la primera traba con la que se topa la campaña iniciada por el Gobierno el día 12 pasado, que busca inmunizar de manera gratuita a 500.000 niñas de entre 10 y 11 años contra el VPH, una de las principales causas del cáncer de cuello uterino.
La directora del Programa Ampliado de Inmunizaciones, Sonia Arza, lamentó hoy la situación y dijo que, si bien no habló con los directores, se enteró a través de la prensa que entre los argumentos esgrimidos se habla «de la fertilidad, de la iniciación sexual» temprana, entre otros.
«Hay gente que opina con desconocimiento y eso es peligroso», aseveró.
Recordó que Paraguay, que invirtió 8 millones de dólares en la compra de las vacunas, adquiere las dosis a través de la Organización Panamericana de la Salud y que el medicamento en cuestión es «seguro y ampliamente eficaz».
Arbo, por su parte, explicó a los directores la necesidad de la vacuna en un país donde la mitad de las jóvenes comienzan a tener relaciones sexuales antes de los 19 años.
«Tenemos 20.000 embarazos en niñas menores de 19 años, y el 1 % está entre las que aún no han cumplido 15», explicó, según el comunicado.
El propio jefe de Estado, Federico Franco, médico de profesión, aplicó el martes pasado la primera vacuna contra el VPH en el acto oficial de inicio de la campaña, en una escuela estatal capitalina.
Las tres dosis de la vacuna serán aplicadas este año a unas 140.000 niñas de entre 10 y 11 años de edad de escuelas públicas y privadas, así como a las menores no escolarizadas de varias regiones del país.
Los expertos calculan que la vacuna puede prevenir, cuando se administra antes del inicio de las relaciones sexuales, entre el 70 y el 80 por ciento de los cánceres de cérvix, que en Paraguay tienen una incidencia de 6,9 por cada 100.000 mujeres.
La vacuna se introduce en un país con bajos índices de control médico: sólo el 49,6 por ciento de las mujeres con experiencia sexual se hace anualmente un citología y un 28,7 por ciento nunca pasó por ese examen.
Agencias