La Cámara de Diputados uruguaya dio sanción definitiva a una ley que convierte a toda la población en potencial donante de órganos, excepto si la persona expresa su oposición en vida, una medida que busca reducir la falta de órganos y los tiempos de espera para un trasplante.
El proyecto, aprobado el miércoles con el respaldo de legisladores de todos los partidos políticos, debe ser ahora promulgado por el Poder Ejecutivo.
Según el texto, «toda persona mayor de edad que, en pleno uso de sus facultades, no haya expresado su oposición a ser donante por alguna de las formas previstas (…) se presumirá ha consentido la ablación de sus órganos, tejidos y células en caso de muerte, con fines terapéuticos o científicos».
En caso de tratarse de menores de edad o de personas incapaces, el consentimiento deberá ser otorgado por su representante legal tras constatarse el fallecimiento.
Según el informe de la Comisión de Salud de la cámara, donde el proyecto fue aprobado por unanimidad, «la poca disponibilidad de órganos, consecuencia de la baja donación, deja a miles de personas sin la posibilidad de recibir el trasplante que necesitan para sobrevivir» y «miles de pacientes fallecen mientras se encuentran en lista de espera».
Los legisladores citan como modelo los sistemas que se aplican en Francia, Italia, España, Argentina y Chile.
Agencias