Las mascotas, los periquitos, las matas, cocina, nevera, carpas, colchones, mesas, plantas eléctricas y hasta la batea se traen las familias que desde hace años acostumbran a mudarse una semana a la playa, para cambiar de ambiente durante la Semana Mayor
La familia Pérez Espejo y Los Méndez Hernández vienen de Guarenas, organizan el viaje atendiendo cada detalle desde los trajes de baño. Cuentan que ellos llegan el viernes en la noche para conseguir una buena ubicación “cada quien tiene su carpa, hasta los niños tienen sus carpas individuales” dijeron. Con el agua no hay tanto problema porque se pegan de los kioscos del sector y los baños los arman ellos mismos “nosotros traemos un baño portátil” destaco un integrante de la familia.
Algunos traen los víveres y enlatados y solamente compran en el pueblo la carne o el pescado. Otros deciden traer la comida preparada y guardada en bolsitas con cierre mágico congeladas y guardadas en cavas con hielo.
La familia León Blanco y la familia Cordero tienen 8 años pasando la semana santa en la playa, comienzan a organizar el viaje desde diciembre, hacen un pote para ir reuniendo y comprar todo lo que falta desde la planta de luz hasta el pago del camión que los trasladara desde Valles del Tuy hasta Higuerote. Ellos se traen hasta los periquitos..
De santa Teresa del Tuy la familia Flores tiene 25 años viniendo a las playas de Higuerote, llegan el viernes para instalarse de Santa Lucia la familia Yánez formada por más de 50 personas dicen con gran alboroto “tenemos 45 años viniendo a la playa a pasar la semana Santa. Sugirieron a las autoridades que pongan tomas donde pegar los cables, aunque la mayoría trae planta eléctrica. Hace 40 años ponian unos tubos de donde podian tomar el gua. Las familia tiene la parafernalia de cocina y la lencería de semana santa y la pasan divinamente.
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