La Selección de Venezuela dio un paso enorme para mantener sus aspiraciones de jugar el Mundial Brasil 2014. Cuatro venezolanos en el equipo ideal de la jornada
Pero, ¿por qué no juegan siempre así? En medio del júbilo -porque todavía la afición futbolística, y el país en general celebran el triunfo sobre Colombia-, surgen preguntas como esa. Porque, enfrentada a lo que muchos consideran los dos mejores equipos del momento en la eliminatoria suramericana para el mundial Brasil 2014, la selección venezolana presentó imágenes contradictorias.
Claro que cada partido es diferente. Que una cosa es actuar como visitante ante 100 mil personas en el Monumental de River, y otra ser local, mucho más con el ambiente que se vivió en Cachamay, donde 41.250 personas, la tercera más alta asistencia de su historia, vieron jugar a la Vinotinto. Y, con toda la calidad que es preciso reconocer a Colombia y sus individualidades, no es concha de ajo salir a la cancha contra gente como Messi, Mascherano, Higuaín y Di María, cuatro nombres estelares en la muy calificada liga española, el mejor jugador del mundo a la cabeza.
No obstante, en fútbol es preciso hablar de colectivo. Y, frente a esos dos cuadros, poderosos ambos (24 goles uno, 19 el otro, en esta eliminatoria), la diferencia llegó a ser abismal. No hubo, ante Colombia, un instante de aquella actitud como contemplativa que a ratos se vio en Buenos Aires. La disposición de los jugadores fue la misma, pero quizás en la mente la urgencia de ganar pasó por encima de las preocupaciones.
Porque, además, no se trata de ganar o perder. Porque sobre la derrota en Argentina sí se comentó -de manera crítica- lo dudoso del penal y la posición adelantada de la cual partió Higuaín para el 3-0. Pero lo que creó dudas, lo que dejó sabor desagradable, fue el mal jugar. Sin habilidad para salir, sin armar ofensiva. Solo defendiéndose -con pundonor, es verdad, y algunos aciertos-, con el primer disparo a puerta a los 54 minutos y cuando el rival, era evidente, bajaba la intensidad.
Contra Colombia fueron 90 minutos de ímpetu. De lucha en todos los terrenos y además con aciertos en el manejo de la pelota. Y pudieron hacerse otros goles, de allí que, a pesar del palo de Falcao, tanto el DT Pekerman como los jugadores visitantes reconocieran la superioridad que, en ese partido, tuvo la Vinotinto. La prensa colombiana, igualmente, habló de meritorio triunfo, de los virtudes exhibidas por los jugadores venezolanos. Un testimonio de que se ganó con mejor fútbol.
Es que -pensamos-, sin llegar al nivel exhibido en Paraguay, la selección realizó un buen partido. Objetaríamos, solamente, que todo el primer tiempo se mantuviera como única opción ofensiva el pelotazo pues los colombianos, luego de verse a vapores en los primeros minutos y recibir el golazo de Rondón, ajustaron su defensa y no se dejaron sorprender. Fueron superados en la segunda parte por otras vías, por inspiraciones individuales y, sobre todo, jugando fútbol asociado, tocando y desequilibrando en equipo, con un «Maestrico» de postgrado.
La esperanza del mundial está intacta. Los tres partidos en casa (valdría la pena repetir en Cachamay) abren buenas perspectivas, independientemente de los rivales y del hecho de que, como se ha visto, en el área no hay enemigo pequeño. Son puntos accesibles con un equipo que juegue como el martes. Y también lo son en la agenda de visita, pues ya se ha clavado la bandera en La Paz y Santiago.
Hay tres meses para planificar y trabajar sobre eso. Mientras tanto -y aunque ya se ha hablado bastante al respecto, es preciso darle reconocimiento a cada uno de los 14 jugadores que triunfaron ante Colombia.
Los casos de Arango (toques finos, de calidad, por encima del estado físico), Cichero, Túñez, Vizcarrondo, González, disminuidos o viniendo de lesiones, son ejemplares. Como el rendimiento de Alexánder González y Salolmón Rondón (en los dos partidos), Rincón, Lucena, Aristeguieta, Fedor, Flores y Feltscher, con un Dani Hernández impecable cuando fue exigido. Pocas veces esta vez, porque su defensa mandó.
Clase y corazón vinotinto para superar con calidad un compromiso difícil, Que, con un poquito de suerte (los remates de Vizcarrondo, Miku (2), Flores, se habría conseguido un marcador contundente. Por ahora, Chile lleva ventaja en goles para el cuarto lugar, y el de Venezuela es el del repechaje, pero queda un partido entre ambos. Oportunidad para la clasificación directa. Y para la cual está abierto el camino.
Reconocimiento en el ámbito suramericana fue la inclusión de cuatro jugadores de la Vinotinto en el «equipo ideal» de la doble jornada: los defensas Alexánder González y Oswaldo Vizcarrondo, el volante Tomás Rincón y el delantero Salomón Rondón (que llegó a 4 goles) recibieron -según se conoció a la hora de escribir-, el espaldarazo de Conmebol.
Armando Naranjo
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