Pese a ser considerado uno de los transportes públicos más seguro de la Capital, los altos índices delictivos que enfrentan los usuarios dentro de esta unidad cada vez son más frecuente, en que los asaltos durante el trayecto hacia Lomas de El Ávila se han incrementado entre 7 y 8 incidencias por día
A pesar que el sistema Metrobús, representa una modalidad de transporte público masivo en esta ciudad, el cual permite que el traslado sea rápido, cómodo y seguro, hoy en día esta última cualidad ya no se ve reflejada en la urbanización Palo Verde del municipio Sucre, lugar donde los vecinos denuncian con insistencia el ensañamiento de un grupo de jóvenes atracadores contra los usuarios dentro de la unidad.
Los beneficiarios de este medio de transporte, que sube hasta Lomas del Ávila, aseguran haberse convertido en el caldo de cultivos para estos delincuentes, quienes se hacen pasar por pasajeros y se distribuyen en varias paradas, a fin de despistar al resto de los pasajeros y poder cometer fácilmente su fechoría en un momento propicio.
Entre 7 a 8 atracos diarios
Eurídice Guerra, dirigente vecinal del mencionado urbanismo, informó que en lo que va de año los robos dentro del Metrobús se han incrementado entre 7 y 8 incidentes por día, en promedio, en relación al año pasado.
“A diario se registran cientos de víctimas de la delincuencia en Venezuela, relatos que ponen en evidencia como la impunidad tienen un alto porcentaje en este país y a su vez como los vecinos cada día están inmerso en el pánico, por causa de estos delincuentes quienes supuestamente conforman una banda proveniente del barrio José Félix Ribas”, dijo.
Impunidad
Cuenta que la semana pasada el Metrobús fue asaltado cuando estaba haciendo su recorrido en la urbanización , específicamente en la calle 10, donde un grupo de jóvenes, cuya apariencia era de unos adolescente entre 12 y 15 años, los cuales portaban armas de fuego despojaron de todas sus pertenencias a los pasajeros, mientras que uno de ellos apuntaba al conductor.
“Una vez que abordé la unidad, observé dos muchachitos en uno de los asientos, luego en la calle 8, lugar donde se encuentra la otra parada, subieron tres más, finalmente en la calle 10 ingresaron dos más, aunque todos simulaban no conocerse, no fue sino después cuando se llegó a la última parada donde comenzaron atracar, lo más indignante es que aquel que se resistía era brutalmente golpeado”, narró Leonardo Valero.
Agregó que la semana pasada un joven le quitaron el bolso y el celular, esa misma semana a una muchacha le quitaron la cartera, la cual quedó sin dinero para poder regresarse a su casa, y a un “abuelito” lo golpearon con su propio bastón por no acceder al robo, el cual no pudo ser defendido por los demás pasajeros porque también estaban siendo amenazados por estos delincuentes dentro de la unidad.
“Una vez que estos jóvenes atracadores cometen su delito, salen por la parte trasera del Metrobús como si nada, aprovechándose de la poca presencia policial en el sector, que por más que se ha solicitado aún el servicio no se ha materializado”, se quejó.
A la par de la inseguridad también crece el caos, los dirigentes vecinales coinciden en que fue un error haber unido la parada del Metrobús de Lomas del Ávila con la del Buscaracas pues la zona colapsa, por lo que piden que se reprograme.
Falta de luz conspira
La falta de iluminación conspira a favor de los atracos, pues los alrededores del centro comercial Palo Verde están muy oscuros, de igual forma la mayoría de las calles que comprende la urbanización Lomas de El Ávila, pues aseguran los vecinos que cuando se producen los actos delictivos es muy difícil observar algún policía en la zona aunque en la urbanización tenga jurisdicción la Guardia Nacional, Polinacional, Polimiranda y Polisucre.
El aumento de la economía informal en los alrededores del Metro de Palo Verde ha hecho que muchos bauticen la zona como la segunda redoma de Petare. Cuentan que la insalubridad, la delincuencia y las ventas ambulantes se han reproducido sin control, sumando las paradas anárquicas de taxis y mototaxis. Esto agrava el caos vehicular y genera más inseguridad».
Mairy Chourio
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