BRASILIA. Las obsoletas infraestructuras en Brasil y la falta de coordinación logística afectan la rentabilidad del sector agrícola y el transporte de la cosecha de soja, que alcanzaría este año un récord histórico.
«Prevemos cosechar 82 millones de toneladas de soja, es el récord de los récords. Pero el enorme desafío consiste en transportarlas a través del país pese a las fallas logísticas», dijo a la AFP Fabio Trigueirinho, secretario general de la Asociación Brasileña de Aceites Vegetales (Abiove).
«En Estados Unidos, transportar las mercaderías a lo largo de 3.000 km, desde el medio-oeste del país hasta la costa del Pacífico, cuesta 33 dólares la tonelada. En Brasil para la misma distancia el productor desembolsa 130 dólares, casi cuatro veces mas, cuando vende la tonelada de soja en unos 525 dólares», deploró Edeon Vaz Ferreira, director de la Asociación de Productores de Soja (Aprosoja).
Este sobrecosto endémico tiene nombre: «costo Brasil», como se denomina al conjunto de obstáculos estructurales, burocráticos o económicos que encarecen la inversión nacional.
La séptima economía mundial es la primera exportadora de azúcar, café, jugo de naranja, carne bovina y dentro de poco tiempo de soja, ya que se espera que este año destrone a Estados Unidos.
El país utiliza esencialmente el transporte terrestre, pero es caro y las rutas muchas veces están en mal estado.
La Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (ANEC) estima que los problemas de logística harán perder este año 4.000 millones de dólares a los productores brasileños de soja y maíz.
Aunque son menos costosos, el transporte fluvial y ferroviario están subutilizados. Sólo un 11% de los granos son transportados por barco en Brasil, contra un 60% en Estados Unidos.
«Sólo utilizamos la mitad de nuestras vías navegables y las utilizamos muy mal», reconoció Adalberto Tokarski, de la Asociación Nacional de Transportes Acuáticos. Convoys con 20.000 toneladas podrían navegar por el río Madeira pero como hay ríos sin dragar, las cargas son limitadas a 9.000 toneladas en periodo de aguas bajas.
A pesar de las dimensiones continentales del país, los productores brasileños dependen de los transportes terrestres para más de la mitad de la cosecha. Y algunas áreas de Mato Grosso (centro-oeste), donde se cultiva gran parte de la soja, están a más de 2.000 km de los principales puertos, en el sudeste del país.
«El transporte por camión está normalmente reservado a los pequeños trayectos. En grandes distancias esto nos deja totalmente dependientes del costo de la gasolina», insistió Trigueirinho.
La «ley del descanso» para los camioneros, votada el año pasado, complicó aún mas la situación al instaurar una pausa obligatoria, provocando un déficit de 50.000 camioneros para transportar la cosecha.
AFP