La defensa del Caracas FC se derrumbó ante Huachipato y puso en peligro su permanencia en la Copa Libertadores
La inconsistencia sigue siendo característica de los equipos venezolanos en la esfera internacional. Ahora fue el Caracas, desplomado de manera catastrófica ante el Huachipato chileno, que se paseó por el «potrero» Olímpico dejando una goleada de 4-0 que compensó, y superó, el triunfo de los «rojos» en su visita a tierra austral.
Ya el fútbol de equipos de este país había padecido algo similar en el certamen continental cuando Deportivo Lara, después de un sensacional empate a 2 en Asunción remontando un 2-0, se derrumbó en su feudo de Cabudare hasta recibir 5 dianas paraguayas. Ahora nadie espeeraba algo así -sin que se pensara en triunfo cómodo-, pero en el Olímpico de Caracas sucedió peor. Un 4-0 que, además, deja a los avileños virtualmente sin opción para pasar a la siguiente fase.
Con Huachipato en 7 puntos, los mismos del líder Fluminense, y Gremio en 6, dos partidos pendientes para los equipos brasileños y uno para venezolanos y chilenos, solo un milagro permitiría la trascendencia de los criollos.
Fue la defensa el factor predominante. O los errores de esa línea, tan elogiada siempre porque, en medio de las continuas sequías ofensivas, ha mantenido el equipo. Puede decirse que por errores allí se colaron los cuatro goles chilenos, incluso con la complicidad de un terreno que los locales debían conocer mejor. Como en el segundo gol, cuando los dos zagueros centrales dejaron picar la pelota y este les pasó por encima, dejándolos contemplándola mientras el delantero Rodríguez, que sí mantuvo su desplazamiento, pasaba solo para fusilar a Barojas.
A ratos Caracas pudo desplegar su juego. Pero desde el primer tanto, conseguido apenas jugados 8 minutos -pase entre dos zagueros sin reacción para mano a mano de Rodríguez con el portero- fue evidente el desconcierto de la defensa «roja», de una falta de anticipación alarmante, parecida a la noche del revés ante Gremio en Porto Alegre.
El rotundo marcador no deja para mayores explicaciones. Ahora, el conjunto local debe subir la cuesta de enfrentar a Fluminense en Rio de Janeiro, y depender de los otros resultados. Pero en absoluto hay lugar para el optimismo.
Queda luchar el torneo local, para darle alguna satisfacción a una afición consecuente, que volvió a sobresalir antenoche con su asistencia y el despliegue de una enorme bandera.
Y La sequía de galardones mueve a sentarse a evaluar.
Armando Naranjo
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