Kathleen Folbigg fue condenada a prisión en Australia por asfixiar a sus cuatro hijos, cuando padecía etapas depresivas
Desde su más remota infancia, la vida de Kathleen Megan Donovan fue difícil y estuvo marcada por la tragedia. Esta infortunada mujer nació el 14 de junio de 1967 en Nueva Gales del Sur en Australia y cuando contaba apenas con un año y medio de edad, el 08 de enero de 1969, su padre asesinó a su madre, asestándole 24 puñaladas.
El homicida y padre de la pequeña Kathleen fue detenido al día siguiente y la niña fue enviada a un orfanato, donde pronto quedó bajo el cuidado de un matrimonio. El 18 de julio de 1970, por causas desconocidas, fue sacada de la tutela de la pareja con la que estaba y enviada al hogar de infancia de Bidura.
En septiembre de 1970 fue entregada bajo tutela estatal a los señores Marlborough, quienes se encargaron de criarla y se mostraron interesados en su adopción legal, aunque fue desestimada por las autoridades ya que sospechaban de que la señora, llamada Diedre, la utilizaba para hacer las tareas del hogar y apenas le permitía salir fuera del horario escolar.
En el año 1985 finalizó sus estudios en el instituto de Kotara y cuando estaba pensando en ir a la universidad la situación en la casa se volvió insoportable, siendo obligada a abandonar el hogar por la señora Marlborough. Ese año había conocido a un joven llamado Craig Gibson Folbigg, con quien inició una relación sentimental, se casó en 1987 y compraron una casa en Mayfield, un suburbio de Newcastle.
Llegaron los niños
El 1ero. de febrero de 1989 nació su primer hijo, Caleb Gibson, aparentemente sano, aunque respiraba ruidosamente y el pediatra diagnosticó un caso leve de laringomalacia, una enfermedad congénita poco frecuente. Tan sólo 20 días después, Kathleen puso a dormir a Caleb en una habitación adyacente a la suya para que su marido pudiese descansar, argumentó ella.
A medianoche, el bebé comenzó a llorar y Kathleen se levantó a atenderle y en torno a las dos de la madrugada el niño se tranquilizó. A la mañana siguiente descubrieron que el niño se había asfixiado durante la noche. La muerte se atribuyó al síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
Su segundo hijo, Patrick Allen, nació el 03 de junio de 1990. Craig se quedó en casa tres meses para ayudar a cuidar al bebé y para asistir también a su mujer, quien había sufrido un mal parto y se estaba recuperando. El 18 de octubre, por la noche, Craig se despertó al oír los gritos de su mujer, que provenían de la habitación del niño.
Ella estaba a los pies de la cuna gritando: “El niño no respira”, por lo que Craig trató de hacer una reanimación cardiopulmonar mientras llegaba la ambulancia y en el hospital diagnosticaron que el niño tenía epilepsia y ceguera cortical. El 18 de febrero de 1991 Kathleen llamó a su marido al trabajo diciéndole: “Ha vuelto a suceder”, refiriéndose a que el segundo de hijo de ambos también había fallecido.
A mediados de ese año, la pareja se mudó a Thomton, lugar a donde habían destinado a Craig en el trabajo. Estando allí, tuvieron a su primera hija, Sarah Kathleen, quien nació el 14 de octubre de 1992. A pesar de que Sarah era una niña completamente sana, falleció el 29 de agosto de 1993.
En el año 1996 se volvieron a mudar, esta vez a Singleton, una localidad ubicada en la periferia de Perth. Allí tuvieron a su segunda hija, Laura Elizabeth, quien nació el 07 de agosto de 1997 y moriría el 27 de febrero de 1999, aparentemente a causa de una miocarditis.
Horrorosa verdad
La tragedia había ensombrecido a esta pareja, que había engendrado y visto morir a cuatro hijos. En medio de esta profunda pena y poco después de la muerte de Laura, Craig encontró un diario de Kathleen en donde ella detallaba de una forma minuciosa la forma en la que había asesinado a sus cuatro hijos.
Tras horrorizarse, Craig puso el hallazgo en conocimiento de la policía y Kathleen fue detenida y puesta a disposición judicial. Durante el juicio, alegó que ella no había hecho nada, que los niños habían muerto por causas naturales, aunque aseguró que Craig podría haber tenido alguna responsabilidad en los fallecimientos.
Para mayor confusión, durante el juicio se escucharon los informes de nueve médicos distintos que no encontraron ningún consenso para las muertes de los niños, por lo que el diario de Kathleen fue tomado como una prueba de peso y no circunstancial, como alegaba la defensa.
El 21 de mayo del 2003 Kathleen Folbigg fue hallada culpable de tres asesinatos y un homicidio involuntario. El 24 de octubre del 2003 fue condenada a 40 años de cárcel que posteriormente serían rebajados a 30 años con un cumplimiento mínimo de 25 años.
Actualmente, Kathleen Megan Folbigg se encuentra cumpliendo su condena aislada del resto de internas. Se tomó esta decisión por los riesgos que podría suponer para su vida el estar con otras mujeres dada la naturaleza de sus crímenes.
Odiaba
perder
la atención
El diario encontrado por el esposo de Kathleen, Craig Folbigg daba pistas sobre las intenciones de esta mujer en contra de sus hijos. Ella sabía que iba a matar a sus niños, pues sufría de un sentimiento que no podía controlar: odiaba cuando perdía la atención que tuvo durante el embarazo y ésta era dada al recién nacido
Edda Pujadas
Twitter: @epujadas