China condenó el domingo las tensiones en la península de Corea y, en una aparente referencia a Corea del Norte, dijo que no debería permitirse que ningún país sumiera a una región en el caos, después de que Estados Unidos pospusiera una prueba con misiles para aliviar los rumores de guerra.
El norte, liderado durante 30 años por Kim Jong-un, ha estado lanzando amenazas virulentas de guerra contra Estados Unidos y una Corea del Sur respaldada por Washington desde que Naciones Unidas impusiera sanciones en respuesta al tercer experimento con armas nucleares realizado en febrero.
La indignación de Pyongyang pareció incrementarse por los ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur. Sin embargo, la mayoría de analistas dicen que no tiene intención de comenzar un conflicto que sembraría su propia destrucción y en su lugar, está estrujando las concesiones de una comunidad internacional en estado de nervios.
Corea del Norte pidió a los diplomáticos a finales de la semana pasada que considerasen su salida de Pyongyang por la tensión, pero las embajadas parecen ver esta petición como algo más retórico y por el momento continúan allí.
Corea del Sur dijo el miércoles que estaba preparada para cualquier tipo de acción que pudieran tomar los impredecibles líderes del Norte, incluyendo el posible lanzamiento de un misil, después de lo cual el Norte indicó que no podría garantizar la seguridad de los diplomáticos.
China, el único patrocinador financiero y diplomático de Corea del Norte, ha mostrado una creciente irritación ante las advertencias de Pyongyang de guerra nuclear.
El presidente chino Xi Jinping, dirigiéndose a un foro en la isla de Hainan, no nombró a Corea del Norte pero dijo que ningún país «debería permitirse lanzar a una región e incluso al mundo entero al caos por ganancias egoístas».
La estabilidad en Asia, dijo, «se enfrenta a nuevos desafíos, en un momento en el que siguen surgiendo asuntos de gran calado y en el que existen amenazas a la seguridad tradicionales y no tradicionales».
El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, expresó una frustración similar en un comunicado publicado a última hora del sábado, en referencia a una conversación telefónica con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
«Nos oponemos a las palabras provocadoras y a acciones de cualquiera de las partes en la región y no permitiremos que los problemas lleguen a las puertas de China», dijo Wang, según un comunicado ministerial publicado en su página web.
El domingo, el ministerio expresó «graves preocupaciones» por la creciente tensión y dijo que China había pedido a Corea del Norte que «garantizase la seguridad de los diplomáticos chinos en Corea del Norte, de conformidad con la Convención de Viena y las leyes y normas internacionales».
La embajada de China, dijo, era «comprensible» que actuara con normalidad en Pyongyang.
La primera ministra de Australia Julia Gillard, dirigiéndose al foro en Hainan, dijo que evitar un conflicto en la península era vital. «Allí, cualquier agresión es una amenaza a los intereses de cada país en la región», dijo.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, dijo que se tenía que tomar en serio las ambiciones nucleares de Corea del Norte.
Entrevistado por Sky News, dijo que la respuesta internacional «también debería ser clara, muy unida y calmada en todo momento porque es importante no alimentar la retórica frenética que hemos visto en las últimas semanas».
El ministro suizo de Asuntos Exteriores se ofreció a mediar, diciendo que estaba «siempre dispuesto a ayudar a encontrar una solución, si ese es el deseo de las partes, acogiendo las reuniones entre ellas».
Se cree que Kim, tercer miembro de la dinastía que gobierna en Corea del Norte, pasó varios años en Suiza recibiendo educación bajo un pseudónimo. Llegó al cargo de presidente en diciembre de 2011 tras la muerte de su padre Kim Jong-il, quien se enfrentó a Corea del Sur y a Estados Unidos en los 17 años que duró su mandato.
Agencias