La extensión de contrato que le dieron los Rangers a Elvis Andrus representa un gran negocio, tanto para el club como para el venezolano
Con 120 millones de dólares garantizados durante una década, Elvis Andrus definitivamente está en condiciones de decir que podrá jugar «más relajado que nunca».
¿Hizo bien el torpedero venezolano en comprometerse con apenas 24 años? Pues sí. ¿Hicieron bien los Rangers? Absolutamente que sí.
La primera reacción, casi como un reflejo a la noticia del pacto, apuntó a una crítica de que fue algo prematuro, que Andrus debió haber esperado para luego pasar por caja con un contrato mucho más jugoso.
Pero Andrus quería renovar con Texas ahora. Esa es la potestad del pelotero, y se respeta. No existe nada escrita en piedra que establezca como obligación probar la agencia libre.
Además, después de todo, este contrato supera el contrato de 106 millones por seis que el también campocorto José Reyes firmó con los Marlins previo a 2012.
Tampoco es que Andrus tiene cerradas las puertas para ser agente libre. Su representante Scott Boras negoció una cláusula que le permite al venezolano salirse del contrato tras 2018, cuando tendrá 30 años. Si le apetece, puede hacer lo mismo en 2019.
«Lo que buscaba Elvis era algo justo y permanecer aquí», dijo Boras, dueño de una reputación de explotar al máximo la agencia libre, y que esta semana perdió como cliente a Robinson Canó de los Yanquis. «Él quería llegar a un acuerdo y su objetivo es salir campeón con este equipo y ganar como parte de esta comunidad. Aquí está a gusto y realmente es magnífico negociar un contrato en el que uno puede mantener al jugador donde quiere estar, ya que las cosas no suelen funcionar de esa manera».
Andrus viene de una temporada en la que bateó para .286 (su máximo promedio desde su debut en 2009) y fue seleccionado para su segundo Juego de Estrellas. Luego de cometer 25 errores en 2011 (el segundo mayor total de un torpedero esa campaña), el venezolano acumuló 16 la pasada campaña con 10 juegos adicionales en el terreno.
«Lo que quiero es un anillo de Serie Mundial. No voy a dormir hasta conseguir ese anillo para esta ciudad», dijo Andrus, cuyos Rangers perdieron en Series Mundiales en 2010 y 2011. «Me gusta Texas, me gusta todo».
En cuanto a los Rangers, el pacto les permite tener atados a sus dos infielders del medio al menos hasta 2017. El intermedista Ian Kinsler tienen un acuerdo que expira tras 2017, con una opción del club para 2018.
Para el club, el gran dilema es buscarle un puesto a su cotizado prospecto Jurickson Profar, un torpedero. La tentación es traspasar al curazoleño de 20 años, pero todo indica que los Rangers no quieren irse por esa vía. Lo más probable es que Kinsler pase a la primera base el jardín izquierdo para el año que viene.
Sea lo que sea, el equipo dispondrá de varias alternativas tras la renovación a Andrus: «Es un acuerdo inusual, pero es uno en el que ambas partes quedan con opciones para más adelante», dijo el gerente general Jon Daniels.