Un atentado suicida con coche bomba sacudió este lunes Damasco, dejando al menos 15 muertos y 53 heridos según los medios de comunicación oficiales, y Siria rechazó una misión de inspectores de la ONU para investigar si se usan armas químicas en el conflicto.
Según la televisión estatal, se trata de un «atentado suicida cometido por un terrorista» entre la plaza Sabee Bahrat y la calle Shahbandar.
Este canal difundió imágenes de restos humanos, de civiles conmocionados llorando, así como de los restos de varios automóviles calcinados.
«Nosotros decimos a los que están detrás de estos atentados que el pueblo sirio (…) seguirá adelante para aplastar a estas bandas terroristas armadas», declaró el primer ministro Wael al Halaqi, que visitó el lugar.
El último atentado suicida en Damasco tuvo lugar el 21 de marzo. En esa oportunidad, 49 personas, incluyendo al jeque Buti, un célebre dignatario sunita vinculado al gobierno, perdieron la vida. Un mes antes, cuatro atentados dejaron al menos 83 muertos el 21 de febrero, el balance más elevado en Damasco desde el comienzo del conflicto.
El régimen acusó entonces a los «terroristas», el término utilizado por las autoridades sirias para designar a los insurgentes, apoyados en su combate contra el ejército por yihadistas que reivindicaron numerosos atentados suicidas, sobre todo en la capital.
El canal de televisión oficial de noticias, Al Ijbariya, afirmó que entre las víctimas había niños, y explicó que la explosión se produjo en una zona residencial, a poca distancia de una escuela que sufrió daños.
Todos los vidrios de la oficina de la AFP, situada en la plaza Sabee Bahrat, a unos 200 metros del lugar de la explosión, estallaron. Los empleados de la AFP salieron sanos y salvos.
Una periodista de la AFP oyó una poderosa explosión seguida de intensos tiroteos y vio llamas que salían de los coches en la plaza, a poca distancia del Banco Central. La potencia del estallido fue tal que algunas palmeras de los alrededores se incendiaron.
Mientras tanto, el conflicto continúa. El domingo murieron al menos 157 personas, en su mayoría civiles, según un balance del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), una organización no gubernamental con sede en Gran Bretaña que se basa en una amplia red de militantes y fuentes médicas.
Al referirse a otro aspecto del conflicto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció el lunes que los investigadores de las Naciones Unidas encargados de determinar, a pedido de Damasco, si se están utilizando armas químicas en el país, estaban «listos» para ser desplegados.
Sin embargo, Siria rechazó este lunes la misión de los inspectores de la ONU, anunció el ministerio de Relaciones Exteriores sirio.
«El secretario general (…) sugirió una misión suplementaria que permitiría un despliegue del equipo (de inspectores) en todo el territorio sirio, lo que es contrario al pedido formulado por Siria a las Naciones Unidas», indicó un responsable del ministerio, citado por la agencia oficial SANA.
Par Rim Haddad / AFP