Si usted tomó lecciones de piano antes de la comenzar la escuela primaria, dele las gracias a sus padres y maestros. Es que esas aparentemente aburridas lecciones lo ayudaron a desarrollar más y mejores conexiones neuronales.
Básicamente, cuanto más joven haya comenzado sus estudios de música, más fuertes serán las conexiones en su cerebro.
Eso afirma un estudio publicado el mes pasado en la revista médica Journal of Neuroscience. Y allí se sugiere que el entrenamiento musical realizado antes de los siete años genera un efecto significativo en el desarrollo del cerebro, demostrando que aquellos que comenzaron a estudiar en forma temprana logran armar mejores conexiones entre las regiones motoras, aquellas partes del cerebro que ayudan a planificar y llevar a cabo los movimientos.
Esta investigación fue llevada a cabo por un equipo de estudiantes y profesores de psicología de la Universidad de Concordia, y en colaboración con Robert Zatorre, investigador en el Instituto Neurológico de Montreal y el Hospital de la Universidad McGill.
• LOS RESULTADOS
El estudio proporciona una fuerte evidencia de que entre las edades de seis y ocho años, la mente pasa por son un «período sensible» y en ese periodo la formación musical interactúa con el desarrollo normal del cerebro para producir cambios duraderos en las habilidades motoras, desde un punto de vista estructural.
«Aprender a tocar un instrumento requiere de la coordinación entre las manos y los estímulos visuales o auditivos», explicó Penhune. «La práctica de un instrumento antes de los siete años probablemente aumenta la maduración normal de las conexiones entre las regiones motoras y sensoriales del cerebro, creando un marco en el que la formación de esta estructura pueda continuar mejorandose».
Christopher Steele y Jennifer Bailey, Penhune y Zatorre registraron y analizaron los movimientos de 36 músicos adultos, además de realizare varios estudios funcionales como RMI, etc.
La mitad de esos músicos habían empezaron su formación musical antes de los siete años, mientras que la otra mitad se inició a una edad más avanzada, pero los dos grupos tenían el mismo número de años de formación musical y experiencia. Estos dos grupos se compararon también con individuos que habían recibido poca o ninguna formación musical formal.
Al comparar las habilidades motoras entre los dos grupos, los músicos que comenzaron antes de los siete años mostraron más precisión, incluso después de dos días de práctica.
Al comparar la estructura del cerebro, los músicos que comenzaron de pequeños mostraban tener más sustancia blanca en el cuerpo calloso, un haz de fibras nerviosas que conecta las regiones motoras izquierdo y derecho del cerebro. Cuanto más joven se había iniciado la persona a la música, mayor era la conectividad neuronal.
Curiosamente, los escáneres cerebrales mostraron ninguna diferencia física entre los no-músicos y los músicos que comenzaron su formación después de los 7 años; lo que sugiere que esta relación se desarrolla antes de esa edad.
Debido a que el estudio evaluó los músicos en una tarea motora no musical, también sugiere que los beneficios de la formación de música desde pequeño va más allá de la capacidad de tocar un instrumento y mejora otras habilidades.
Finalmente, dijo Penhune, «es importante recordar que lo que estamos mostrando es que empezar temprano a estudiar música genera más conectividad neuronal. Pero, esto no necesariamente los convierte en mejores músicos ya que la interpretación -además de la habilidad- también necesita de entusiasmo, estilo, y muchas otras cosas cdel carácter y la educación.
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