Los principales candidatos que se enfrentarán por los votos este domingo, Nicolás Maduro y Henrique Capriles, cerraron el jueves sus campañas y concluyeron el día con entrevistas televisivas en las que hicieron los últimos llamados a sus seguidores para salir a las urnas y respaldar sus proyectos
CARACAS. Los venezolanos entraron el viernes al último periodo de reflexión previo a unos comicios presidenciales en los que el nombre de Hugo Chávez se mantendrá como un elemento clave, pese a ya no estar físicamente, y entre quejas de la oposición que el candidato oficialista violó la veda electoral.
Las elecciones del domingo, disputada entre el oficialista Nicolás Maduro y el opositor Henrique Capriles, definirán la continuidad del proyecto político establecido por el fallecido mandatario frente a una oposición que aún tiene la esperanza de darle un nuevo rostro al país.
La del domingo será la primera vez en que los cerca de 18,8 millones de venezolanos inscritos para votar no tengan como candidato a Chávez, quien a lo largo de sus 14 años de gobierno venció en cuatro contiendas.
Tal ausencia es una de las ventanas que quiere aprovechar el candidato opositor Henrique Capriles al destacar que su rival Nicolás Maduro carece del carisma de Chávez y que el país merece un cambio.
Venezuela lleva en seis meses dos campañas presidenciales y una contienda para elegir a autoridades regionales, en un agotador ritmo político marcado por la enfermedad y muerte de Chávez.
Un día después del cierre de las campañas presidenciales y en medio de una veda para hacer proselitismo, el candidato oficialista -que también es el presidente encargado del país- llamó a los venezolanos a salir a votar, sin importar el candidato por el que decidan sufragar.
«Estamos viviendo un momento estelar», dijo Maduro, luego de un encuentro en la casa de gobierno con el jefe de una delegación de acompañantes del proceso electoral del bloque regional Unasur, el argentino Carlos Alvarez.
Ayer la oposición denunció violaciones al régimen electoral, que prohíbe hacer proselitismo.
Poco antes, el candidato oficialista acudió con el ex astro del fútbol Diego Armando Maradona a rendir homenaje a Chávez en el museo militar en el que están sus restos.
Chávez «físicamente ya no está, pero con Maduro, con Nicolás, vamos a seguir en la misma línea de no dejarnos pisotear por nadie», dijo Maradona.
«Y sobre todas las cosas, la gente en las urnas el domingo tiene que reafirmar los conceptos de Chávez a través de Nicolás», añadió el ex capitán de la albiceleste en declaraciones difundidas por la estatal venezolana de Televisión.
Horas después, Maduro divulgó una foto en su cuenta de Twitter para mostrar una camiseta de la selección de fútbol de Argentina que le regaló Maradona con una dedicación: «Para el hijo de Chávez Nicolás Maduro con todo mi cariño presidente».
El presidente encargado dijo también que el escritor brasileño Paulo Coelho le envió dos de sus libros.
Maduro y Capriles cerraron el jueves sus campañas y concluyeron el día con entrevistas televisivas en las que hicieron los últimos llamados a sus seguidores para salir a las urnas y respaldar sus proyectos.
En la jornada la oficina de Capriles informó además que dirigió una carta a Amnistía Internacional anunciando su compromiso de que en caso de ganar la contienda del domingo, retirará la denuncia de la Convención de Derechos Humanos presentada por el actual gobierno de Venezuela en septiembre de 2012 ante la Secretaría General de la OEA.
El fallecido mandatario venezolano anunció ese retiro de Caracas de organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por considerarlos un instrumento para atacar a «su revolución».
Maduro se llama heredero de Chávez, de quien fue vicepresidente y canciller, y ha prometido continuar su proyecto socialista de control estatal y que ha puesto en el centro de la atención a los pobres; mientras que Capriles se ha mostrado como un político que busca modificar el modelo económico y promover las inversiones, aunque asegura que no dejará de atender los problemas de los más necesitados.
La campaña electoral formal duró sólo 10 días, aunque los actos electorales comenzaron casi un mes atrás.
En Venezuela, un país con cerca de 29 millones de habitantes, se instalarán más de 39.300 mesas receptoras de sufragios en poco más de 13.810 centros de votación.
Las últimas elecciones presidenciales fueron el 7 de octubre cuando Chávez logró una tercera reelección con 55% de los votos. Capriles compitió entonces por primera ocasión a la presidencia de la mano de la oposición y quedó en segundo lugar con 44,3% de los sufragios.
Representantes del oficialismo, incluido el propio Maduro, señalaron durante la campaña que la oposición desconocería los resultados del domingo si le eran adversos e incluso la acusaron de estar vinculada a posibles planes desestabilizadores, algo que ha sido negado hasta el último momento.
«Esas denuncias, en lo que a nosotros respecta, son completamente falsas», dijo Aveledo. «Nosotros queremos cambiar el gobierno por esta vía… por la vía democrática», añadió.
El final de las campañas coincidió con el aniversario del breve golpe de Estado del 11 de abril de 2002 contra Chávez, quien dos días después fue reinstalado por militares leales.
AP