El presidente electo de Venezuela, Nicolás Maduro, aumentó este miércoles la presión sobre el opositor Henrique Capriles para que reconozca los resultados de las elecciones del domingo con mitines en las calles, apoyado en un respaldo creciente de la comunidad internacional.
Maduro, heredero político del fallecido presidente Hugo Chávez, tiene previsto reunirse este miércoles con los gobernadores de todo el país para dejar claros los apoyos internos, mientras sus seguidores organizan mitines en varios puntos del territorio.
Un grupo de chavistas tiene previsto manifestarse contra Capriles en Los Teques, capital del estado que él gobierna, Miranda, aunque el gobierno no estaba destacando la convocatoria. Pero la tensión bajó considerablemente con el llamado lanzado en la noche del martes por Capriles a sus seguidores para que se recojan, para evitar enfrentamientos.
En su cuenta de Twitter, el líder opositor acusó al «ilegítimo», como llama a Maduro, de hablar «de amor, de no violencia» y al mismo tiempo mandar «a atacar» su residencia oficial en los Teques. «Cualquier cosa que me pase en la Residencia Oficial en los Teques hago responsable a Nicolás Maduro!», escribió el joven gobernador, de 40 años.
De inmediato, el presidente electo respondió, también vía Twitter, afirmando tener «información que la derecha esta armando grupos con franelas rojas (color de los chavistas) para simular ataque» y dijo haber «alertado a todos los cuerpos de seguridad».
«Llamo al Pueblo a aislar los fascistas y violentos donde estén, y a la justicia a castigar los crímenes cometidos y los destrozos. Paz Paz», agregó Maduro, quien prometió protección a Capriles. Una marcha convocada para este miércoles por Capriles para exigir el recuento de votos, fue cancelada por el líder opositor el martes, luego de que Maduro aseguró que no permitiría marchas opositoras en la capital.
AFP