Después de formular ultimátums de guerra nuclear prácticamente a diario hasta el pasado fin de semana, el régimen de Kim Jong-un ha aludido por segundo día consecutivo un posible encuentro
PIONYANG. El régimen norcoreano exigió ayer a Seúl y Washington que suspendan sus maniobras militares conjuntas y retiren las sanciones de la ONU a cambio de dialogo, una propuesta que a pesar de su rigidez rebaja la tensión tras semanas de amenazas. Después de formular ultimátums de guerra nuclear prácticamente a diario hasta el pasado fin de semana, el régimen de Kim Jong-un ha aludido por segundo día consecutivo un futuro diálogo, eso sí, imponiendo unas exigentes condiciones previas, que han sido rechazadas por Corea del Sur.
La Comisión Nacional de Defensa, el más alto órgano militar del régimen norcoreano, estableció como primer requisito para sentarse a la mesa de negociaciones que los aliados «tomen medidas» para que la ONU retire las sanciones al régimen por sus pruebas nucleares y de misiles. Además, instó a Seúl y Washington a «garantizar que no se escenifiquen de nuevo ejercicios de guerra nuclear para amenazar o chantajear» al régimen de Kim Jong-un, en referencia a las diversas maniobras militares conjuntas que los aliados realizan cada año en territorio surcoreano.
Escasas horas después de que Corea del Norte anunciara sus condiciones para el futuro diálogo, el Gobierno de la vecina Corea del Sur se apresuró a rechazarlas por considerarlas «ilógicas», en palabras del portavoz del Ministerio de Exteriores de Seúl. El funcionario solicitó a Corea del Norte que «ponga fin a tales exigencias irracionales y tome la decisión correcta», en una petición al régimen de Kim Jong-un de que opte por la vía del diálogo y abandone su campaña de amenazas iniciada a principios del pasado marzo y que ha incluido repetidas advertencias de guerra nuclear.
En esta campaña hostil Corea del Norte ha situado como blanco principal en las recientes semanas el ejercicio anual Foal Eagle, en el que EE. UU. despliega en territorio surcoreano aviones y submarinos con capacidad nuclear, al considerarlo un ensayo de invasión de su país.
La conclusión de estas maniobras militares de los aliados a finales de este mes puede ser, para algunos expertos, un punto de inflexión en el camino transitorio de la confrontación a la distensión en la península coreana.
Finalizado el Foal Eagle «Corea del Norte podría optar por el diálogo», comentó a la agencia local Yonhap el profesor Yang Moo-jin, de la Universidad de Estudios Norcoreanos de Seúl, tras considerar que Pyongyang mantiene la elevada rigidez en su postura para obligar a Seúl a ser prudente en sus acciones.
En todo caso, las cartas que Pyongyang ha puesto ayer sobre la mesa en un ambiente menos tenso que la semana pasada en la región son la respuesta a los recientes llamamientos de diálogo de Seúl y Washington, aludidos por las duras amenazas del país comunista a lo largo de más de un mes.
El secretario de Estado de EE. UU. , John Kerry, pidió el pasado fin de semana a Corea del Norte que abandone su larga campaña de hostilidades y se siente en la mesa de negociaciones, mientras el Gobierno de Corea del Sur también solicitó a su vecino que, tras desistir de sus amenazas, se siente a negociar.
En este contexto, China expresó hoy que el diálogo es la única vía adecuada para aliviar la tensión en la península coreana, en palabras de su portavoz de Exteriores.
El anuncio de China, aliado histórico de Corea del Norte y a su vez importante socio comercial del Sur y EE. UU. , sigue la línea habitual de su Gobierno, cuya postura ha sido hasta ahora, salvo contadas excepciones, mantener la prudencia y no posicionarse en el conflicto.
Agencias