En el nuevo filme, el multimillonario inventor y playboy, a quien vuelve a encarnar Robert Downey Jr., de 48 años, se las verá con un enemigo cuya perversión no conoce límites y que pondrá a prueba su inagotable ingenio
Robert Downey Jr. quiso estar «en buena forma física y muy flexible» para encarar la tercera entrega de las aventuras de Tony Stark, el emblemático superhéroe Iron Man, aseguró en entrevista con la agencia internacional EFE en Londres el actor estadounidense.
Precedida del arrollador éxito de las otras dos entregas, que recaudaron más de mil millones de dólares (solo 42,8 millones en las taquillas chinas), la popular saga de acción ha sido dirigida por Shane Black, que relevó a Jon Favreau al frente del proyecto.
«Iron Man 3», protagonizada por Downey Jr. y Gwyneth Paltrow, da continuidad a «The Avengers», récord de taquilla en EEUU con 207,4 millones de dólares en un fin de semana.
En el nuevo filme, el multimillonario inventor y playboy, a quien vuelve a encarnar Robert Downey Jr. («Sherlock Holmes: A Game of Shadows»), de 48 años, se las verá con un enemigo cuya perversión no conoce límites y que pondrá a prueba su inagotable ingenio.
El «malo» de la película, «El Mandarín», es un descendiente de Gengis Khan que tiene el control sobre diez anillos que le otorgan increíbles poderes, al que presta imagen el británico Ben Kingsley, «en un papel que sorprenderá y encantará al público», señaló Downey Jr.
Distribuido por Walt Disney Studios, el filme parte de un guión adaptado de Drew Pearce y Shane Black sobre el popular cómic de Marvel, en el que «Tony Stark está un poco asustado después de ‘The Avengers’ y trata de hacer lo que mejor se le da: esconderse detrás de su traje, preparado para las eventualidades».
En esta tercera entrega, el osado y brillante empresario «pasa más tiempo fuera de su traje», lo que motivó al protagonista a «ponerse en buena forma física para poder estar muy flexible».
«Iron Man 3 tiene nuevos personajes, situaciones y sorpresas, lidia con tipos muy escurridizos y me propuse que la audiencia sintiera esa sensación de imprevisibilidad», comentó.
Reparto estelar
Una de las incorporaciones al reparto la encarna Guy Pearse («The Hurt Locker»), en el papel del perverso Aldrich Killian, a quien Downey Jr. describió como «un artista fantástico, que se lo pasó fenomenal».
También derrochó elogios para Rebecca Hall («Maya Hansen»), a quien se refirió como una de sus «personas favoritas en la tierra y, en cierta forma, la razón por la que la película comienza», o Ben Kingsley («Gandhi»), «un tesoro nacional en el Reino Unido».
Gwyneth Paltrow también repite como «Pepper Potts», un personaje que, según explicó hoy a Efe la actriz («Shakespeare In Love») «evoluciona muchísimo, pasando de ser la ayudante de Tony, la que resuelve sus errores hasta acabar teniendo una relación de iguales; viven juntos y ella exige que él esté ahí».
La actriz aceptó su participación en la franquicia sin siquiera haber leído el guión. Le bastó el entusiasmo del entonces director Jon Favreau -que encarna a Happy Hogan, el amigo, chófer y guardaespaldas de Stark-, quien le persuadió de que el papel de Pepper «sería muy divertido».
«Al principio tuve algún momento de preocupación por tratarse de una superproducción, pero cuando trabajas con gente como Robert Downey Jr y Jon Favreau, es un nivel diferente», dijo.
En esta tercera película, Potts se viste por primera vez con el traje de Iron Man y tiene ocasión de probar alguno de sus superpoderes.
«Si pudiera elegir un superpoder -apunta la actriz- sería, sin duda, la clonación, para poder hacer varias cosas a la vez».
La intérprete, que compagina la promoción de «Iron Man 3» con la de su segundo libro de cocina: «It’s All Good», reconoció que la maternidad -tiene dos hijos con el solista del grupo británico Coldplay, Chris Martin- ha transformado su vida.
«He cambiado completamente mi estilo de vida, el país en el que vivo; he tomado decisiones importantes para estar en casa y criar a mis hijos», admitió.
En fluido español, la norteamericana habló de su «atracción» por España, que se remonta a cuando estudiaba el idioma en Nueva York, e indicó que sus dos hijos también lo hablan: «Me corrigen continuamente, lo hablan perfecto, muchísimo mejor que yo».