El arma química fue usada durante la guerra entre Irán e Irak en los años 1990 y por la secta Aum Verdad Suprema en un atentado perpetrado en el metro de Tokio el 20 marzo de 1995
WASHINGTON. El sarín, probablemente utilizado «a pequeña escala» por el gobierno de Bashar al Asad en Siria según la Casa Blanca, es un poderoso gas neurotóxico descubierto en vísperas de la Segunda Guerra Mundial en Alemania y utilizado en el subterráneo de Tokio en 1995. Además de su inhalación, el simple contacto con la piel de este gas organofosforado bloquea la transmisión del influjo nervioso y conduce a la muerte por paro cardiorespiratorio. La dosis letal para un adulto es de medio miligramo. Es inodoro e invisible.
Violentos dolores de cabeza y la dilatación de las pupilas son los primeros efectos de este gas. Convulsiones y paros respiratorios preceden luego al coma y a la muerte. El sarín puede ser utilizado en aerosol, pero también puede servir para envenenar el agua y los alimentos, según el Center for Disease and Control Prevention (CDC) de la ciudad de Atlanta.
Vestimentas que hayan estado en contacto con vapores de sarín continuos pueden contaminar a otras personas hasta media hora después de la exposición, señala el CDC, según el cual existen antídotos. La fabricación de sarín es un proceso complejo que requiere conocimientos avanzados en química. Pero fue casualmente, mientras trabajaban sobre nuevos pesticidas, que químicos alemanes de la firma IG Farben lo descubrieron en 1938.
La denominación de este gas proviene de los nombres de esos científicos: Schrader, Ambros, Rüdiger et Van der Linde. El gas fue utilizado durante la guerra entre Irán e Irak en los años 1990 y por la secta Aum Verdad Suprema en un atentado perpetrado en el metro de Tokio el 20 marzo de 1995.
Varios integrantes de la secta, equipados con bolsos cargados de sarín líquido que habían pinchado con un paraguas, mataron de esta manera a 12 personas e hirieron a varios miles. Siria, que el 23 de julio de 2012 admitió por primera vez que posee armas químicas, dispondría de «centenares de toneladas» de diversos agentes químicos, según el Centro de Estudios sobre la No Proliferación del Instituto Monterrey de Estados Unidos. Damasco tendría igualmente gas VX, un neurotóxico derivado del sarín y aun más potente.
Agencias