La obsesión del español José Ignacio Orduña Mayo eran las mujeres de avanzada edad, a quienes seguía a sus casas. Una vez allí las agredía y las violaba, en algunos casos, provocándoles la muerte cuando éstas ofrecían resistencia
El hombre tumbó a la viejita sobre una cama, la abofeteó y a continuación, le practicó sexo oral, si bien desistió de su acoso cuando oyó el ruido del ascensor del edificio y se dio a la fuga. Sin embargo, cometió un error: dejó la colilla de un cigarrillo en el apoyabrazos de un sillón de la sala de su víctima
El que se bautizó en su momento como el “violador de ancianas”, José Ignacio Orduña Mayo, fue condenado en 1981 a un siglo de cárcel por una decena de violaciones de mujeres mayores, tres de las cuales murieron. Logró salir de prisión después de 18 años y al año, volvió a la carga: agredió sexualmente a dos ancianas de 79 y 94 años de edad, respectivamente.
El asesino de la plaza Lesseps de Barcelona, España, como también se conoce a José Ignacio Orduña Mayo, es un sujeto con rasgos de personalidad psicopática, nacido en 1954 que tuvo dos periodos brutales de actuación. Uno que va del 17 de septiembre de 1978 al 15 de enero de 1979, en el que ataca a ancianas de las que abusa, provocando la matanza de Lesseps y otro que se inicia al haber cumplido esta primera condena, en 1998.
Expediente criminal
Como ya comentamos, José Ignacio Orduña, vecino de Barcelona, fue condenado en 1981 a más de 100 años de prisión por una decena de agresiones sexuales con lesiones a ancianas de entre 65 y 84 años, pero también había sido sentenciado por apuñalar a tres testigos de estos delitos en sus huidas.
Otra de las acusaciones que pesaba sobre él, era una tentativa de violación a una niña de ocho años de edad en el portal de su domicilio. Al cometer este hecho delictivo, también apuñaló a una persona que intentaba retenerle. Asimismo, en un descampado violó a una joven de 22 años y además agredió sexualmente a una mujer de 40 y a otra de 48, a la que lesionó gravemente.
En resumen, Orduña Mayo, José Orduña, detenido en el mes de febrero de 1979, en Barcelona, por un policía municipal del Ayuntamiento barcelonés, fue condenado por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Barcelona a un total de 86 años, once meses y trece días de cárcel. La sentencia calificó de homicidios, con la concurrencia de eximente incompleta de enfermedad mental, la muerte de tres ancianas, hechos que el fiscal había calificado de asesinatos.
El tribunal también condenó a José Ignacio Orduña a 12 años de prisión por cada uno de los delitos. Asimismo, se le impusieron 12 años de presidio mayor por un delito de homicidio en grado de frustración. El resto de las penas son por delitos de violación en grado de tentativa, robo con lesiones y faltas con lesiones.
Al acusado se impusieron 660 mil pesetas en multas y se le condenó al pago de indemnizaciones por valor de casi 5 millones de pesetas a los herederos de las víctimas, un millón en cada uno de los homicidios. Las indemnizaciones de menor cuantía fueron para víctimas de otros delitos.
21 años de cárcel
Los tres delitos de homicidio por los que fue condenado José Orduña los cometió entre los meses de noviembre de 1978 y enero de 1979. Causó la muerte de las ancianas Pilar Odena Sánchez, Serafina Díaz de Zulueta y María Angeles Díaz de Zulueta.
Lamentablemente y tras cumplir 18 años de reclusión, logró la libertad a finales de 1997, si bien en febrero de 1998 fue detenido en Barcelona por causar lesiones a unos policías. Su violenta y sádica actuación tomó forma de nuevo el 18 de julio de 1998 cuando siguió a una mujer de 79 años hasta su casa, situada en la calle Córcega de Barcelona.
Según los investigadores policiales, el presunto agresor entró en el inmueble en el que residía la víctima, tocó el timbre y la anciana, confiada, abrió la puerta, momento en que Orduña aprovechó para abalanzarse sobre ella.
El hombre tumbó a la viejita sobre una cama, la abofeteó y a continuación, le practicó sexo oral, si bien desistió de su acoso cuando oyó el ruido del ascensor del edificio y se dio a la fuga. Sin embargo, cometió un error: dejó la colilla de un cigarrillo en el apoyabrazos de un sillón de la sala de su víctima.
La siguiente persona en caer en manos de Orduña Mayo fue una ancianita de 96 años de edad, por cuyo caso se le acusó de agresión sexual en grado de tentativa. En este hecho existe la complicación de que la víctima, a raíz de lo acontecido, sufrió un proceso acelerado de demencia, por lo que le cuesta comunicarse y los médicos que le atienden en el centro en el que está ingresada desaconsejan por completo su asistencia a juicio.
Los hechos sucedieron el 29 de julio de 1998 cuando, según la acusación hecha por la abogada María José Varela, el asesino de Lesseps abordó a la víctima en una calle de Barcelona, la obligó a entrar en su casa y la intentó penetrar sin éxito, pues la mujer nunca había mantenido relaciones sexuales.
La acusación afirmó que el agresor también abofeteó y estranguló a la anciana hasta que ésta perdió el conocimiento mientras la agredía sexualmente. Por estos nuevos delitos, fue condenado a 21 años de cárcel.
La atrocidad de un demente
El crimen más brutal de José Ignacio Orduña Mayo tuvo lugar en la plaza Ferdinand de Lesseps, en un edificio de la zona en el que vivían tres ancianas: María Angeles de 91 años, Serafina de 80 e Ignacia de 76. Ocurrió el 15 de enero de 1976, en horas del mediodía, cuando el sujeto, tras haber seguido a una de las señoras, tocó la puerta y cuando se la abrieron derribó a la primera de sus víctimas.
Orduña desnudó a las tres señoras, las golpeó salvajemente y dos de ellas fallecieron. Ignacia quedó mal herida y él huyó con algunas cosas de valor
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