El consumo de refrescos azucarados se asocia a una mayor posibilidad de sufrir de la enfermedad
“Para las personas que consumen una lata de refresco al día, el riesgo es un 40 % mayor que para quienes consumen menos de una al mes”
El consumo de refrescos azucarados, como de cola o frutas, se asocia a un mayor riesgo de contraer diabetes de tipo 2, enfermedad que se vincula a la obesidad y al estilo de vida, según un informe publicado en el Reino Unido. De acuerdo con este informe, liderado por la española Dora Romaguera-Bosch y publicado en la revista Diabetología, cada lata de refresco azucarado incrementa el riesgo relativo de diabetes 2 en un quinto y en un 22% cada unidad adicional. Para las personas que consumen una lata de refresco al día, el riesgo es un 40 % mayor que para quienes consumen menos de una al mes. Esta incidencia se registra al margen del peso del individuo, lo que indica que «la relación entre el consumo de refrescos con azúcar y la diabetes va más allá de la mera vinculación a la obesidad que ya sabemos que puede influir en la diabetes 2», declaró la investigadora.
El estudio
El equipo de Romaguera-Bosch, de la universidad Imperial College de Londres, estudió la relación entre la ingestión de refrescos con azúcar y el desarrollo de la diabetes 2 a partir de datos recopilados en un estudio paneuropeo sobre el cáncer. Alrededor de 350.000 personas de nueve países, entre ellos el Reino Unido, fueron entrevistadas en la Investigación prospectiva europea en cáncer y nutrición, aportando datos que pudieron ser aplicados a la investigación del Imperial College. Las conclusiones de la investigación londinense confirman las ya alcanzadas por otras investigaciones estadounidenses pero con una muestra más amplia de población. Es interesante también que el efecto de los refrescos azucarados en la diabetes de tipo 2 -los que tienen edulcorantes no tienen esa incidencia- parece producirse al margen del peso de la persona. «Por un lado, como los refrescos con azúcar aportan energía pero no sacian, la persona come más y a la larga esto puede derivar en obesidad», explica la española. «Pero hay otro mecanismo, que es que el azúcar de estas bebidas se asimila muy rápido y causa respuestas agudas de insulina, y estos golpes de azúcar pueden provocar a largo plazo una resistencia a la insulina», añade.
Una buena noticia
Por otro lado Un grupo de científicos identificó una hormona que podría aumentar notablemente el número de células productoras de insulina en los ratones, un descubrimiento que en el futuro quizá sería capaz de conducir a un tratamiento para el tipo más común de diabetes. Los seres humanos tienen su propia versión de esta hormona, y el nuevo estudio sugiere que aumentar el poderío de los diabéticos podría ayudarles a evitar las inyecciones de insulina. Eso les daría mayor control sobre sus niveles de azúcar en la sangre, dijo Douglas Melton, de la Escuela de Medicina de Harvard, autor principal de un informe que publica la revista Cell. Expertos que no participaron en el estudio advirtieron que otras sustancias han demostrado efectos similares en células de ratones pero no funcionaron en los seres humanos. Melton dijo que esta hormona es diferente debido a que su efecto es de una potencia inusual y solo está restringida a las células productoras de insulina. De interés Unos 371 millones de personas en el mundo padecen de diabetes, condición en que la insulina no llega a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Un nivel elevado de azúcar en la sangre puede producir enfermedades cardíacas, apoplejías y fallas en riñones, ojos y sistema nervioso. Por lo menos el 90 % de las diabetes son de Tipo 2, y algunos de esos pacientes deben inyectarse insulina