Pese a todos los problemas de los Marineros -no batean, se lesiona Franklin Gutiérrez y, en consecuencia, pierden mucho- la Corte del Rey Félix se consuela en cada una de sus actuaciones
En otra noche fría en Seattle la semana pasada, el Rey Félix lanzó dos strikes a Miguel Cabrera de los Tigres, ocasionando que los leales súbditos del pitcher, en las secciones 149 y 150 se unieran como una sola persona. Levantaron sus cartulinas con el escudo de armas de la Casa de Hernández -una «K» azul, con una corona y con fondo amarillo- y gritaron al unísono.
«¡K! ¡K! ¡K! ¡K! ¡K!»
El Rey Félix ponchó a Cabrera, enseñándole al Jugador Más Valioso de la temporada pasada y el ganador de la Triple Corona quién usa la verdadera corona en Seattle. Sus súbditos estallaron en aclamaciones de júbilo, como si fuera el séptimo juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Luego de que Félix le lanzara dos strikes al siguiente bateador, Prince Fielder, sus súbditos se pusieron de pie, gritando nuevamente.
«¡K! ¡K! ¡K! ¡K! ¡K!»
El Rey lanzó un tercer strike al Príncipe para terminar la entrada y mostrarle al pelotero con cuatro viajes al Juego de Estrellas quién es el monarca que manda en Seattle. Cuando Félix se dirigía a la caseta, sus súbditos lo ovacionaron como un reconocimiento.
«Es la única luz que brilla con los Marineros», dijo Riley Kennemer, sentado en la sección del Safeco Field conocida como King’s Court (Corte del Rey). «La ofensiva realmente batalla, nuestro staff de pitcheo es un poco débil. Pero él es a quien todos pueden señalar y decir ‘él está lanzando».
Ha transcurrido menos de un mes en la temporada 2013, y -como debe de ser en abril- hasta los aficionados más sufridos tienen razón para ser optimistas.
Los Rockies están en primer lugar. Los Piratas tienen récord ganador. Los Mellizos tienen récord ganador. Los Reales están en primer lugar. ¿Por cuánto tiempo más seguirán los triunfos? Difícil saberlo. Disfrútenlo mientras dura.
Y luego está Seattle.
Los Marineros han terminado en el sótano en siete de las últimas nueve temporadas; y solamente la adición de este año al Oeste de la Liga Americana, los horripilantes Astros, los mantiene fuera del último lugar por el momento. Dustin Ackley, Justin Smoak y Jesús Montero, tres jugadores claves que necesitan desesperadamente desarrollar el potencial de la ofensiva que tanto de espera de ellos, se combinan para batear .209, con un cuadrangular y seis extrabases tras el partido del lunes. El equipo se ponchó 170 veces en sus primeros 21 partidos.
Pero al menos está Félix. Y por eso, los aficionados de Seattle agradecen. Y lo hacen en una sección especial del estadio en cada partido que él abre.
«Siempre he sido aficionado de una energía elevada en el estadio, y cuando Félix lanza, no puede haber una energía más alta. Y lo mejor de todo, él lo sabe», dijo Kennemer. «Siempre es bueno que tu estrella esté al tanto de la energía que intentas aportar y que ellos intenten retribuirla de igual manera».
Las secciones de aficionados dedicadas a un solo jugador no son nada nuevo. Estuvieron los Coneheads (Cabezas de cono) en Nueva York, por David Cone.
Los Francoeur’s Franks (Caballeros de Francoeur) en Atlanta, por Jeff Francoeur. El Boneyard (Cementerio) en el Kingdome, por Jay Buhner, quien ocasionalmente rapaba a los aficionados en el estacionamiento. Y, por supuesto, todo el Dodger Stadium era una abundante sesión de apoyo personal durante los días de la «Fernando manía» y la «Nomo manía».
Pero la Corte del Rey, actualmente en su tercera temporada en Seattle, es la mejor. Por $30, los aficionados reciben un boleto y las ropas nuevas del rey, una camiseta de color amarillo intento con la leyenda «Larga vida al Rey». Algunos aficionados complementan con una corona de hule espuma. Posan para las fotos en un trono de terciopelo rojo que se ubica en lo más alto de la sección. Elevan sus cartulinas con la «K». Un concesionario reparte una pierna de pavo lo suficientemente grande como para ahogar a Enrique VIII.
Lo único que falta es Anne Boleyn. Y un verdugo.
Los asistentes a la Corte el pasado miércoles para el partido contra los Tigres fueron personas cuyas edades iban desde niños, hasta veinteañeros bebiendo grog, hasta Ruth Snook, de 82 años. Algunos eran asistentes frecuentes a la Corte del Rey. Algunos iban por primera vez. Llegaron de todas partes.
Kennemer manejó dos horas desde Bellingham, Washington. Rafael Ojeda, un piloto retirado de la Fuerza Aérea, condujo 45 minutos desde Tacoma. Rick Kimmel viajó desde Bozeman, Montana, aproximadamente a 700 millas de distancia.
Kimmel dice que cuando Félix firmó su extensión de contrato por $175 millones que lo mantendrá con los Marineros hasta 2019, «le hablé a mi amigo en Las Vegas y dije, ‘lo tenemos por siete años más. Los Yankees no se lo llevarán».
Ese es el punto. La especulación se acumuló por años acerca de que los Marineros tenían que canjear a Félix por prospectos, en lugar de eventualmente perderlo vía agencia libre a cambio de solamente una selección del draft. Eso tenía sentido… a menos de que apoyes a los Marineros y vayas a sus partidos y quieras ver algo a cambio de tu dinero.
La última década le ha enseñado a los aficionados de los Marineros que deben ser cautelosos con los prospectos. Así que, ¿por qué ceder a una estrella que tienes cuando los aficionados necesitan una razón para seguir apoyando?
«El Rey Félix significa mucho para la ciudad de Seattle y la franquicia de los Marineros como una sola parte. Es bueno ver una sección entera dedicada a él», dijo Kennemer. «Es raro ver que un atleta se quede. Tuvimos a LeBron marchándose a Miami y abandonando su ciudad. No tengo nada contra eso. Pero cuando alguien tiene la oportunidad de abandonar su primera ciudad para irse a un mejor lugar, pero decide quedarse, significa mucho.
«Tener a toda esta sección para él, equivale al pulso de Seattle al menos de cómo van los Marineros».
Los gritos de «¡K! ¡K! ¡K!» continuaron el pasado miércoles hasta que Félix salió del partido tras 106 lanzamientos y 12 ponches. Su actuación: 8 entradas, 4 hits, una carrera (sucia), cero bases y 12 ponches. Pero como los Marineros únicamente lograron anotar una carrera, se fue de nuevo sin decisión. Seattle se ponchó 19 veces y perdió 2-1 en 14 entradas.
Quizá Félix sea el rey, pero su reino sufre otro año de malas cosechas, plaga, sequía y hambre. Faltan más de cinco meses en la temporada. Que eso sean buenas o malas noticias depende de si los Marineros pueden tener apoyo de carreras para el Rey. O para alguien más.
Cinco días de que Félix se fue sin decisión ante Detroit, lo hicieron. Contra (¿quién más?) los Astros el lunes por la noche. Ackley pegó doblete y tuvo tres hits. Montero conectó jonrón. Smoak agregó dos imparables y produjo una carrera. Los Marineros anotaron -gulp- siete carreras. Y Félix lanzó otras seis entradas sin permitir carrera para llegar a 100 victorias de por vida. Sus compañeros celebraron bañándolo con cerveza.
Larga vida al Rey.
Y que sus caballeros de la pelota redonda por favor anoten más carreras. Todavía es abril. Es muy temprano para empezar a mirar hacia el próximo año.
Jim Caple
espn.com