La ejecución tuvo lugar en la localidad de Kukchai, cerca de la ciudad en la que se encuentran desplazas las fuerzas españolas. La mujer, de 20 años de edad, se llamaba Jalima Fazla Ahmad y tenía dos hijos. Fue acusada de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio. Su propio padre fue quien apretó el gatillo, según informa la corresponsal de El Mundo en Kabul Mónica Bernabé.
Los hechos se produjeron cuando el marido de la joven se fue a Irán por motivos de trabajo. La acusaban de haber aprovechado esa ausencia para escaparse durante dos días con otro hombre. Varios vecinos de la localidad donde vivía Jalima declararon que su padre fue a buscarla para traerla de vuelta a casa y así poder limpiar su honor. Nunca se pudo comprobar que la joven hubiese cometido adulterio. Las relaciones fuera del matrimonio están penadas con 15 años de prisión en Afganistán, pero en muchas regiones del país se organizan tribunales religiosos que se toman la justicia por su mano.
Fuentes de la policía afgana declararon que el padre huyó después de disparar a su hija. Varias patrullas le están buscando para detenerle y poder juzgarle por el asesinato de Jalima. No se sabe nada del hombre con el que supuestamente cometió el adulterio. Se especuló que los talibanes pudiesen haber influenciado a la hora de decidir la sentencia, aunque un miembro gubernamental lo desmintió y añadió que fue el padre de la joven, junto con dos líderes religiosos, quien organizó la ejecución.
12 años de cárcel o,
se casa con violador
La noche que Gulnaz fue violada por el marido de su prima, hubiera sido un triste incidente, una muestra más del tácito dominio que tienen los hombres sobre las mujeres en Afganistán, que fácilmente se hubiera podido esconder y disimular para no ser objeto del deshonor de la familia. Pero al cabo de unas semanas, empezó a notar que vomitaba por las mañanas y que algunos olores hasta ahora inocuos la repelían. Estaba embarazada.
La única forma de conciliar el deshonor de una violación con la ley afgana, se le explicó, es casarse con el violador para formar una familia. No hay otra manera de otorgarle parentesco al bebé y de no tener que vivir en la cárcel, como toda mujer desvirgada en soltería. Porque una mujer soltera como Gulnaz solo puede estar en la cárcel. En su caso, serían 12 años si no se casa y comparte marido con su prima. Es algo que ella está dispuesta a hacer. «Me explicaron que la única forma de tener una nueva vida es casándome con ese hombre. El hombre que me deshonró. Quiero quedarme con él».
Pero si precisamente el bienestar de su hija y su hueco en el mundo es lo que importa a Gulnaz, la libertad es una solución arriesgada: con la pérdida de su virginidad, la mujer ha deshonrado a su familia. Y el violador, a la suya. La única solución, a ojos de los miembros más conservadores de estos clanes, pasa por matar al objeto de la deshonra. Que no es el violador, sino Gulnaz. Sabe que en cuanto salga de la cárcel, en cuanto se case con el hombre que le arrebató la virginidad a golpes y se enfrente a las continuas amenazas de muerte de su propia familia, su hija podría dejar de tener una madre.
• Fuente: Yahoo Noticias