La oposición denunció un «virtual golpe de Estado» contra la Asamblea Nacional, tras las agresiones a los diputados contrarios al Gobierno y la decisión del presidente del Legislativo, Diosdado Cabello, de negar el derecho de palabra a esos parlamentarios.
«Denunciamos que estamos ante un virtual golpe de Estado contra la Asamblea Nacional», indicó en un comunicado difundido hoy la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), plataforma que aglutina a la mayor parte de la oposición.
Para la MUD, hay «señales» que revelan esa situación, y menciona «la inadmisible negativa a otorgar el derecho de palabra a los diputados de la Unidad Democrática desconociéndoles como representantes del pueblo».
Además, añade «la destitución de los miembros de esta bancada de las directivas de las Comisiones Permanentes; las agresiones contra el diputado William Dávila la semana pasada y ahora estas nuevas agresiones contra varios diputados de la Unidad».
Varios diputados fueron agredidos ayer en un enfrentamiento a golpes en la Asamblea Nacional (AN) en el que el legislador Julio Borges fue brutalmente golpeado por un colega, y otros parlamentarios resultaron igualmente asaltados, entre ellos, Américo de Gracia, quien debió ser llevado a un hospital.
Por su parte, Dávila fue agredido hace quince días en la AN al recibir un golpe con un micrófono en la cabeza que requirió 16 puntos de sutura. «Estos actos de violencia, tolerados por el presidente de la Asamblea y perpetrados por diputados de la fracción oficialista, son propiciados por el discurso de Nicolás Maduro, quien cree equivocadamente que para ‘mostrar carácter’ requiere de la agresividad y la violencia», agrega la MUD, que cifra en diez los legisladores agredidos.
Además, señala la plataforma política, «constituyen un hecho grave que afectó seriamente la institucionalidad democrática y pone en serio riesgo la institución parlamentaria».
Para la MUD, Venezuela sufre «una grave crisis política» desde los comicios del 14 de abril y denunció que «frente a protestas pacíficas, se ha desatado una brutal represión militar y policial».
«Campañas gubernamentales de corte fascista han intentado culpar a la oposición de hechos de violencia inexistentes o fabricados por la propaganda oficial, buscando, fundamentalmente, criminalizar la disidencia», señala, al reiterar que desconoce «la legitimidad del nuevo gobierno».
Afirma que «la situación tiende a agravarse» y que se deben «tomar medidas que conduzcan a la normalidad y traigan estabilidad».
La MUD sostiene que el Gobierno «mediante el uso sistemático de falsos positivos, acusa a la oposición de los actos de violencia». Además, denuncia que se amenaza con «supuestos procedimientos ‘legales’ a sus principales líderes».
El Gobierno ha acusado a la oposición de los diez muertos y casi 80 heridos que se produjeron tras las manifestaciones opositoras del día 15 de abril, así como de destrozos de centros de salud, institutos públicos y sedes del partido oficialista.
La MUD acusó al Gobierno de usar la «fuerza militar y el aparato policial represivo» construido «con asesoría del gobierno cubano» e instituir «la discriminación y persecución política de signo fascista signada por la intolerancia y persecución de quienes piensan distinto al régimen». EFE