El ataque contra Ricardo Calderón, de 42 años, se produjo el miércoles hacia las siete de la noche (0000 GMT) en una carretera del municipio de Girardot, en el departamento de Cundinamarca y a unos 85 kilómetros al suroeste de Bogotá
BOGOTA. El periodista Ricardo Calderón, jefe de investigaciones de la revista bogotana Semana y quien salió ileso de un atentado la víspera, aseguró el jueves que se salvó de morir porque la suerte estuvo de su lado.
El ataque contra Calderón, de 42 años, se produjo el miércoles hacia las siete de la noche (0000 GMT) en una carretera del municipio de Girardot, en el departamento de Cundinamarca y a unos 85 kilómetros al suroeste de Bogotá.
«Yo salgo de (la ciudad de) Ibagué de una cita fallida, de una cita que finalmente no se da, con la fuente no se dio el encuentro. Yo me devuelvo y estaba que me reventaba (de ganas de orinar) y pensaba parar más adelante pero no aguanté», narró Calderón en entrevista telefónica con The Associated Press.
Agregó que «entonces orillé el carro, al borde de la carretera. Yo me hago sobre el costado del copiloto (del auto)… y de pronto se acerca un carro plateado con vidrios oscuros… La ventana del copiloto está abierta, a mí me llaman por el nombre y yo volteo y está un tipo apuntándome y comienza a disparar».
«Yo comienzo a correr sobre el lado derecho del carro y me tiro a una zanja. Entonces ellos (al menos dos sicarios) hacen unos tiros, que no sé cuántos fueron (los disparos), y arrancan. Yo me quedo allí en la zanja, como escondido, unos cinco minutos tal vez. Yo estaba pegado del carro y los tipos por ahí a tres metros».
Cuando se le preguntó a Calderón por qué cree que se salvó, respondió que «por un poco de suerte».
En su concepto, «parte del truco de (los sicarios de) llamarme por el nombre, de pronto podía buscar era que yo me acercara, porque a mí me cubre (me protege) el carro, yo estoy orinando cubierto (por la parte trasera) del carro… Entonces yo lo que hago es voltear un poco el cuerpo, o sea, donde yo esté orinando un paso más atrás de donde oriné, me dan».
Dijo que cree el atentado es la consecuencia de sus investigaciones en Semana, pero advirtió que no se atrevía a hacer un señalamiento directo contra nadie.
Después de que los sicarios se marcharon, Calderón volvió a su carro, que todo el tiempo estuvo encendido, y a toda velocidad retomó su marcha por la vía. De pronto se encontró con una patrulla de la policía de carreteras y por primera vez sintió que estaba a salvo.
«Yo iba en el carro de mi esposa, una (camioneta) Ford Skype. Casi no me puedo bajar del carro porque me estaban temblando las piernas y de todo. Ahí sí me tranquilice un rato y comienza a llegar más policía. Como a las 10 de la noche (0300 GMT del jueves) llegué a la DIJIN (o la policía judicial) y puse la denuncia», expresó Calderón.
La persona que le disparó, a quien el comunicador no identificó, «sabía disparar», indicó Calderón, quien desde hace 19 años labora en Semana.
El director del semanario, Alejandro Santos, dijo que el carro en el que viajaba Calderón recibió cinco impactos de bala, que no es blindado, a diferencia del propio que sí cuenta con blindaje.
El director de Semana precisó que Calderón, casado y sin hijos, no había recibido amenazas directas en los últimos tiempos.
«Nunca en 30 años (de existencia de la revista) había ocurrido un atentado directo contra ninguno de nuestros periodistas», indicó Santos, cuyo equipo consta de un centenar de reporteros, fotógrafos y diseñadores.
«Calderón forma parte de un equipo de periodistas de la revista que indagó sobre las irregularidades en el Centro de Reclusión de Tolemaida, en donde militares condenados por las más graves violaciones a los derechos humanos han gozado de extravagantes privilegios», indicó la edición en internet de Semana.
El comandante de las fuerzas militares, general Alejandro Navas, dijo a la estación Blu Radio que «rechazamos cualquier intento de violar la libertad de prensa».
El presidente Juan Manuel Santos, en su cuenta de Twitter, indicó que «pedí a Director de Policía encargarse personalmente de investigación para dar con responsables del repudiable hecho contra Ricardo Calderón».
El ministro del Interior Fernando Carrillo solicitó a «las autoridades competentes adelantar las investigaciones necesarias para establecer los responsables de este grave hecho que atenta, no sólo contra la vida del comunicador, sino contra la libertad de prensa en el país».
Carrillo, según un comunicado de su despacho, instruyó a Andrés Villamizar, director de la Unidad Nacional de Protección, para que proteja la vida de Calderón.
En conversación telefónica desde Montevideo, Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), dijo que «en primer lugar la SIP manifiesta su solidaridad con Calderón y su absoluto repudio a este atentado que por fortuna no costó la vida del periodista».
Paolillo precisó que en 2012 fueron asesinados 20 periodistas en América Latina y cuatro periodistas fueron reportados como desaparecidos. En lo que va corrido de 2013 seis comunicadores han perdido la vida violentamente en la región.
Andrés Morales, director de la no gubernamental Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), calificó de «gravísimo» el atentado contra Calderón a quien consideró «uno de los principales periodistas investigativos del país». Exigió a las autoridades «investigar lo que pasó» con el comunicador.
Adriana Hurtado, de la Federación Colombiana de Periodistas, recordó en un correo electrónico enviado a la AP que «Ricardo Calderón ha liderado investigaciones que revelan presuntos actos de corrupción de las fuerzas del Estado, por lo que nos lleva a mirar a algunos elementos al interior de las instituciones oficiales, en búsqueda de los responsables de esta agresión».
Contra policías corruptos
En febrero de 2009 Calderón inició una serie de publicaciones sobre una red de espionaje desde la policía secreta contra magistrados de la Corte Suprema de Justicia, periodistas, activistas y en general contra opositores del gobierno del presidente Alvaro Uribe (2002-2010) que desencadenó una investigación que tiene tras las rejas a más de 20 ex detectives del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), tuvo preso al ex secretario general de la presidencia de Alvaro Uribe, Bernardo Moreno, y en el exilio a la ex directora de la institución, María del Pilar Hurtado.
El presidente Juan Manuel Santos desmontó en 2011 esa entidad que dependía directamente de la presidencia.
Calderón también ha hecho denuncias periodísticas sobre los nexos entre el paramilitarismo y la clase política del país. Sus trabajos le han valido 13 premios de periodismo nacionales e internacionales.
La FLIP estima que un 87% de los 140 asesinatos de periodistas ocurridos en Colombia desde 1977 permanecen impunes. Sólo 17 casos han terminado con sentencia condenatoria. En 2012, al menos un periodista colombiano fue asesinado en el país en razón de su oficio, según la Fundación.
Libardo Cardona / AP