La otrora urbanización tranquila del Este de Caracas se ha convertido en una zona de alta peligrosidad, en la que pocos son los vecinos que hacen sus rutinas de ejercicio al aire libre y ni siquiera se atreven a pasear sus mascotas, ante el temor de ser robados o secuestrados
LAVOZ (REPORTAJE ESPECIAL).- En la calle 12 y 14 de la urbanización La Urbina, ubicada en el municipio Sucre, los residentes viven tras las rejas. Literalmente, el 100% de los habitantes dejaron de pasear sus mascotas y hacer su rutina de ejercicios como anteriormente lo hacían, por el clima de inseguridad que se vive en esa zona.
Alcira González, comerciante de la calle 12, precisó que recientemente la robaron cuando se disponía a entrar al estacionamiento de su residencia, cuando dos motorizados la rodearon, la apuntaron y la despojaron de su vehículo y demás pertenencias. Así mismo recordó que días atrás su hija también fue víctima de una situación similar.
Transeúntes, vecinos y comerciantes se encomiendan a Dios, al pasar por cualquier zona de este urbanismo, específicamente en las calles 12, 13, 14 , donde aseguran que existen bandas atracadores que tripulan motocicletas para infundir el terror en la zona.
Presos en sus casas
“Esta urbanización dejó de ser aquel conjunto residencial tranquilo y patrullado para convertirse en una zona de alta peligrosidad”, se quejó la mujer, quien aseguró que no hay quien frene a los hampones, los cuales se aprovechan de la soledad y de falta de policías para cometer sus robos, secuestros y hasta asesinatos.
Tal fue el caso del periodista Jhonny González, quien fue ultimado a la 1:55 de la madrugada de este viernes en la calle 4 de La Urbina, cuando salía de cumplir una guardia nocturna en el edificio Cadena Capriles, donde laboraba para el diario deportivo Líder.
Lo mismo ocurrió en la calle 2-A de la mencionada urbanización, donde se registró la muerte de Jhoan Rodríguez Castaño, de 24 años, trabajador de la Línea de Jeep 5 de Julio, tras resistirse al robo de su vehículo, suceso que conmocionó a vecinos y trabajadores de la zona el pasado lunes.
Aunque muchos aseguran que el escenario de inseguridad se ha acentuado por la falta autoridades policiales, otros presumen que los hechos delictivos podrían haberse elevado por la presencia de delincuentes en invasiones y refugios cercanos al lugar.
“Ni en la parada del metrobús”
Cuenta Juan Medina, comerciante de la calle 10 que aunque hay situaciones que por razones más que obvias escapan del control de los cuerpos de seguridad, como pueden ser esos arrebatos violentos que se registran en las paradas de los Metrobús, “no deja de ser preocupante que los robos, secuestros y asesinatos que se cometen en el lugar son cada más seguidos, pues cada 30 minutos se registra alguno de esos delitos”.
Para los que abordan este transporte público la situación no mejora, ya que son interceptados cuando se bajan de la unidad, y son amenazados con una pistola o cuchillo o incluso inmovilizarlos a punta de agresiones.
Delincuencia merodea a estudiantes
Ante la grave situación de inseguridad, los docentes del Colegio de Nuestra Señora de La Esperanza, ubicado en la calle Panaguire de la urbanización El Marqués, han tomado sus precauciones, luego que un grupo de alumnos fue objeto de un robo al salir de clases.
Narran los representantes que la directiva de la mencionada institución difundió un comunicado sobre el grave problema de inseguridad que existía en la zona, por lo que tomaron la decisión de buscar a sus hijos al plantel, “a pesar que mi hijo tiene14 años y puede llegar a casa en unos 10 minutos, prefiero irlo a buscar que exponerlo a un posible escenario de violencia”, refirió una Martha Gutiérrez, madre
Déficit policial
Fuentes de la Policía Municipal de Sucre revelan que los pocos funcionarios que posee ese cuerpo de seguridad son insuficientes para velar por esas comunidades. Lo ideal sería contar con al menos tres mil policías, sin embargo, menos de mil conforman en la actualidad Polisucre. El sueldo ´promedio de cinco mil bolívares mensuales resulta irrisorio ante lo que pueden ganar prestando seguridad a empresas privadas, por lo que las renuncias en esa institución son frecuentes.
A ello se suma lo desmantelada que en la actualidad está la Policía del Estado Miranda en La Urbina, en cuyo comando se dispone de una sola patrulla. Asimismo, la promesa electoral que el oficialismo hizo en la campaña electoral pasada por la Gobernación de Miranda, de “destinar 500 efectivos de la Policía Nacional Bolivariana para Petare antes de diciembre”, quedó sólo en papel. A cinco meses del ofrecimiento, nadie ha visto a los 500 PNB patrullar en el municipio Sucre.
LaVoz | Mairy Chourio | mchourio@diariolavoz.net