Nada fácil las semifinales para New York Knicks y Oklahoma Thunder. A LeBron se quedó corto con la unanimidad
Una incertidumbre que resulta el mejor incentivo para la competencia dejaron los primeros partidos de las semifinales de conferencia de la NBA. Paralelamente, durante el fin de semana se anunció -mejor dicho, se confirmó- la designación de LeBron James como Jugador Más Valioso de la temporada.
Tales eventos, es cierto, plantean algo ya esperado, sin que por ello resten importancia a la vista de los enfrentamientos venideros. Y, en el caso del MVP, lo curioso es que un solo voto separase al astro de Miami de la unanimidad, algo inédito en la selección del No. 1.
Decimos «algo esperado» en relación a las series Knicks-Pacers y Thunder-Grizzlies porque a lo largo del calendario regular fue patente el equilibrio entre esos equipos. En el caso de la conferencia Oeste, con la lesión de Russell Westbrook aproximando más a un Memphis que, a pesar de altibajos, pudo ajustar su plantel para convertirse en clara opción.
El largo trecho de 82 partidos, claro, no es igual a series de 7. Pero, a la vista de los planteles se anticipan enfrentamientos largos, sin un claro favorito a juzgar por la manera como se vieron los protagonistas en el escarceo inicial.
Una cosa es común a los ganadores de la primera fecha: la defensa. Pacers y Grizzlies se han caracterizado por la eficiencia de su marcación, de la forma como rotan para las ayudas y para proteger los tableros, enorme compensación a una ofensiva que, con mucho talento individual, suele tener colapsos. Especialmente en el equipo de Indiana, con jugadores jóvenes que a ratos pierden el ritmo, pero se mantienen concentrados en el trabajo de contención.
Haber despojado a los Knicks de la ventaja de campo es un paso al frente para los Pacers, que a pesar de la pérdida de Danny Granger han podido mantener un plantel compenetrado, con profundidad en la reserva y un tablereo poderoso. Claro que los neoyorquinos tienen las piezas para recuperarse, pero mientras dependan excesivamente de Anthony y Smith -que suelen tener jornadas de mucho tiro y poco acierto, como el domingo- las cosas se le harán más difíciles.
Igualmente complicado el trámite Oklahoma-Memphis. Le costó a los Thunder ganar el primero, con Kevin Durant asumiendo, en grande, el rol que le ha tocado como hombre clave. Impresiona la confianza que se tiene el joven artillero, ante un adversario que tiende a poner las cosas de su lado en los tableros y que en Michael Conley cuenta con uno de los mejores armadores de la liga. Sereno en el manejo, con visión y certero cuando busca el aro.
A medida que avance la serie será más importante la presencia en Oklahoma de Derek Fisher, un veterano importante para los momentos clave, por su manejo de la pelota y competitividad, pues será gran apoyo para Reggie Jackson, quien responde en sustitución de Westbrook aunque, como es natural, sin su altísima producción ofensiva. Sin embargo, el enfrentamiento luce parejo y, como el del Este, para prolongarse.
Lo de James.
El cuarto MVP pone a LeBron James en los niveles de los mejores de la historia, como Jordan, Russell o Robertson. Apenas Jabbar, con cinco, ha ganado más veces ese premio que califica el mejor jugador del momento.
¿En qué estaba pensando el votante de los 121 que se pronunció por Antonhy y con ello rompió la unanimidad.? Solo él lo sabrá, pero en cualquier caso, no era el de los Knicks el segundo de James (Durant, por ejemplo, estuvo muy por encima), pero es difcil, revisando la historia del juego, conseguir un jugador que muestre cifras de mayor rendimiento que James en la ofensiva global en puntos, rebotes, asistencias, bloqueos, robos…
Además, lo que muestra el de Miami en la cancha -eso que muchas veces no queda registrado en los números- en manejo, en conducción y en aporte físico y mental al colectivo-, engrandece su condición como No. 1. Sin olvidar, además,. que fue la segunda individualidad de la campaña en calificación defensiva.
Su actuación estuvo demasiado por encina del resto. Incluso de Kevin Durant. Pero, como diría un hispano, «en todas partes se cuecen habas».
Armando Naranjo
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