El presidente de la República, Nicolás Maduro, exchofer y sindicalista del Metro de Caracas, firmará el martes un convenio con una fábrica uruguaya gestionada por trabajadores, siguiendo la línea de su fallecido antecesor Hugo Chávez, quien apoyó en Uruguay a varias empresas de este tipo.
Maduro inició en Montevideo una breve gira regional que lo llevará también a Argentina y Brasil, y tiene previsto visitar en la tarde del martes las instalaciones de Urutransfor, una empresa que tras dar quiebra en 1999 y estar ocupada por tres años, reabrió en 2002 de la mano de sus trabajadores que ahora son sus dueños.
«La visita a la fábrica será emblemática y de suma importancia, sobre todo teniendo en cuenta el origen del presidente Maduro que viene del movimiento sindical», dijo a la AFP Jorge Bardier, gerente general de Urutransfor, fabricante de transformadores, que fue contratado en 2011 para gerenciar la firma que sellará este martes un convenio para vender piezas al Metro de Caracas.
El convenio «apunta a la complementación en materia de tecnología, transferencia de conocimiento y suministro de transformadores, partes y piezas para los transformadores del metro de Caracas» y también «contempla una auditoría para verificar el estado de la red eléctrica del metro», agregó Bardier, lo que abrirá el mercado venezolano a la compañía comandada por casi 90 trabajadores.
Urutransfor, es uno de los emprendimientos más exitosos de gestionado por sus trabajadores en Uruguay, que produce materiales para el sector público local, a lo que sumó en los últimos dos años una apertura internacional que los llevó a vender a Ecuador y Bolivia.
A esta muestra de cercanía entre Maduro y los sindicalistas uruguayos se suma la decisión del mandatario de encabezar este martes en la tarde un acto público en la central obrera del Uruguay (PIT-CNT), lo que reafirma el fraternal vínculo entre Venezuela y la clase obrera uruguaya.
Años atrás, el fallecido líder venezolano otorgó a la Envidrio -fábrica recuperada por los trabajadores- un subsidio de varios millones de dólares. Desde que la izquierda llegó al poder en Uruguay -con la presidencia de Tabaré Vázquez (2005-2010)- el gobierno liderado por Chávez inició un proceso de acercamiento social, político y económico que se consolidó con el ascenso del exguerrillero José Mujica.
La intensificación de las relaciones diplomáticas se refleja en la balanza comercial de ambos países y en el crecimiento de las exportaciones de Uruguay a la nación caribeña, que pasaron de 247 millones de dólares en 2010 a 406 al cierre de 2012.
En contrapartida, Uruguay -importador neto de crudo- le compra a Caracas entre el 45% y el 50% del petróleo que adquiere, gran parte a precios subsidiados, gracias a un acuerdo de 2005. El convenio llevó a que la petrolera estatal uruguaya Ancap pagara este año por adelantado, y con una fuerte quita, una deuda de cerca de 860 millones de dólares.
A los vínculos formales se sumaron durante el gobierno de Chávez millonarios subsidios, entre los que sobresale la donación de 20 millones a un hospital público en Montevideo. Dichas acciones fueron duramente criticadas por la oposición venezolana -liderada por Henrique Capriles, que las considera una maniobra para comprar el beneplácito de los gobiernos de izquierda de la región.
Capriles lidera una fuerte resistencia a Maduro, al considerar inválido el resultado electoral hasta que no se realice una auditoría independiente para verificar la votación. La gira regional de Maduro tiene como objetivo reforzar los lazos de cooperación con estos países, integrantes del Mercado Común del Sur (Mercosur) al que Venezuela ingresó en 2012. Paraguay está suspendido del bloque sudamericano desde junio del año pasado.
AFP