El presidente de la República, Nicolás Maduro, concluirá mañana en Brasil, donde se reunirá con su homóloga Dilma Rousseff, una gira que ya le ha llevado a Uruguay y Argentina y que emprendió en medio de la crisis política que vive su país tras las elecciones del pasado 14 de abril.
Maduro ha dicho que con este viaje persigue fortalecer las relaciones de Venezuela con el Mercosur, que su país integra con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, aunque este último está suspendido tras la destitución del entonces presidente, Fernando Lugo, en junio del año pasado.
El programa oficial de la escala que hará en Brasilia el nuevo líder bolivariano, que se define como «hijo» del fallecido Hugo Chávez, contempla una reunión de trabajo con la presidenta Dilma Rousseff, que le recibirá por la tarde.
Fuentes oficiales brasileñas dijeron a Efe que, por la mañana, Maduro tendrá una serie de «actividades privadas», entre las cuales se incluye una entrevista con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien durante la campaña para las elecciones del pasado abril pidió a los venezolanos que le apoyaran.
Después del mediodía, Maduro será recibido por Rousseff en el Palacio presidencial de Planalto, donde mantendrán una reunión tras la cual emprenderá el retorno a Caracas. Según un comunicado de la cancillería brasileña, la visita «dará continuidad a las reuniones periódicas de alto nivel entre los dos países», que mantienen vastos programas de cooperación bilateral.
Esa cooperación, establecida durante el mandato de Chávez, se da en las áreas de integración productiva, seguridad alimentaria, políticas públicas, salud y desarrollo social y tecnológico, entre otras. Asimismo, Brasil y Venezuela desarrollan iniciativas de apoyo conjunto a países del Caribe, con los que cooperan en agricultura familiar y desarrollo social, entre otros sectores.
Venezuela es uno de los principales destinos de las exportaciones brasileñas en Suramérica y el comercio entre ambos países llegó el año pasado a la cifra histórica de 6.050 millones de dólares, con la balanza claramente inclinada en favor de Brasil.
En la agenda que discutirán Rousseff y Maduro, la cancillería subrayó un análisis del proceso de adhesión de Venezuela a las normas del Mercosur, al que se incorporó en junio del año pasado, en coincidencia con la decisión que suspendió a Paraguay.
Asimismo, se prevé que analizarán los pasos para el regreso de Paraguay al bloque tras las elecciones del pasado 21 de abril, en las cuales se impuso Horacio Cartes, del Partido Colorado y quien asumirá el poder en agosto, cuando Venezuela detentará la presidencia semestral del Mercosur.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que agrupa a la oposición venezolana y desconoce el resultado de las elecciones de abril en Venezuela, no ha confirmado si, como ocurrió en Uruguay y Argentina, se propone enviar representantes a Brasil en coincidencia con la visita de Maduro para exponer su posición.
A diferencia de lo que ocurrió en Uruguay, donde los opositores partidos Nacional y Colorado respaldaron las protestas de la MUD, el conflicto en Venezuela no ha encontrado eco por ahora en la política brasileña.
La visita de Maduro sí podría molestar al popular cantautor brasileño Roberto Carlos, quien la semana pasada anunció que tomará acciones legales contra el presidente venezolano por el uso no autorizado de su canción «Detalles» en su campaña electoral. EFE