Las niñas eran vendidas a precios más altos que los niños “al apreciar los integrantes de la trama que había mayor demanda”, subrayó el ministerio
Madrid. La Guardia Civil española anunció este miércoles que descubrió una red de “bebés robados”, nacidos en Marruecos o en el enclave español de Melilla entre los años 1970 y 80, y vendidos al precio de entre 1.200 y 6.000 euros.
La investigación, iniciada a finales de 2011, permitió detectar un total de 28 casos de bebés que fueron vendidos en España a matrimonios ricos que no podían tener hijos, indicó el ministerio del Interior en un comunicado.
En total, 31 personas han sido imputadas por “diversos delitos, como suposición de parto, alteración de la paternidad, detención ilegal o falsificación de documentos públicos”, precisó el ministerio.
Doce de ellas han fallecido, entre ellos una religiosa y tres miembros de personal sanitario. El resto no fueron detenidos “por su avanzada edad o delicado estado de salud”.
Dos denuncias interpuestas en Valencia en noviembre de 2011 por Anadir, una asociación de defensa de las víctimas de “bebés robados” en España, pusieron tras la pista de esta red a los investigadores, a raíz del caso de tres hermanas nacidas en Tetuán (Marruecos).
Los traficantes se aprovechaban de mujeres sin recursos en Melilla, un enclave español situado en el extremo norte de Marruecos, o en el país alauí que “accedían a la entrega del bebé bajo la promesa de una vida mejor para él”.
Muchas de estas mujeres dieron a luz a sus hijos en sus propios domicilios en Melilla o Marruecos “sin la ayuda de personal sanitario” y sin constancia de esos nacimientos en los registros oficiales, añadió el ministerio.
En el país africano, la red “disponía de contactos con personal sanitario y trabajadores de hospitales de las localidades de Oujda y Nador, que facilitaban la entrega y traslado a Melilla de los recién nacidos”, precisó el comunicado.
Paralelamente, la trama contactaba en España a familias adineradas que no podían tener hijos proponiéndoles viajar a Melilla para adquirir un bebé por un precio de entre 1.200 y 6.000 euros.
Allí se les entregaba al recién nacido y los certificados de nacimiento falsos para que pudieran registrarlo como su hijo biológico.
Las niñas eran vendidas a precios más altos que los niños “al apreciar los integrantes de la trama que había mayor demanda”, subrayó el ministerio.
Esta investigación, que se mantiene abierta, recuerda al escándalo de los “bebés robados del franquismo” en España que estalló a finales de 2010. Según las asociaciones, alrededor de 1.500 denuncias han sido interpuestas por esta causa cuya única imputada, la monja María Gómez, falleció en enero a los 87 años.
Agencias