El pequeño Derwin José Fernández González, de seis años de edad, dormía en una hamaca dentro de la humilde vivienda de zinc donde residen sus abuelos, en el sector Los Mangos, parroquia El Cementerio, cuando una tanquilla para el agua, elaborada en concreto se vino cerro abajo y le cayó encima, causándole la muerte por aplastamiento.
La estructura se desplomó desde la parte alta del sector Las Marías, donde están en construcción unos edificios residenciales pertenecientes a la Misión Gran Vivienda Venezuela.
Eran aproximadamente las 9:00 de la mañana de ayer, cuando los vecinos se alarmaron ante el estruendo. La tanquilla se llevó cuatro viviendas construidas en zinc a su paso, hasta caer sobre una quinta donde dormía el niño con su hermanito de 8 años que resultó ileso.
La señora Mireya Fernández, abuela del niño, vivía en la casa con su pareja. Ambos son guajiros, nativos del estado Zulia y tienen 20 años en Caracas. Hace siete meses se trajeron a su nieto de seis años para someterlo a un tratamiento médico porque estaba enfermo del riñón. Su hermanito de 8 años tenía apenas un mes con ellos, disfrutando de sus vacaciones.
Fernández salió de la casa a las 8.00 de la mañana y dejó a los dos niños durmiendo. Fue a El Valle a hacer mercado y a acompañar a unas primas que llegaron del Zulia y están en busca de empleo. “Una vecina me llamó y me dijo, allá arriba cayó una piedra grandota y le cayó encima al niño y está muerto”, relató.
Cuando llegó al sector Los Mangos, tras atravesar un recorrido de escaleras, a unos 600 metros de altura, encontró su vivienda destruida. A su paso, la tanquilla derribó el techo por la parte posterior y cayó sobre el pequeño, causándole la muerte al instante. Su hermanito se salvó porque al sentir el estruendo se levantó rápidamente de la cama.