Invitado de honor en Cannes con motivo de su centenario, Bollywood, el cine de Bombay, rebosa de juventud aunque algunos en India lo critican porque prefiere los filmes musicales a los que tratan la realidad social.
Y de hecho en Cannes, con motivo del 66º Festival que se inicia el miércoles, habrá más musicales, con la proyección de «Bombay Talkies», una serie de cortometrajes, y «Bollywood, la mayor historia de amor jamás contada», un largometraje presentado fuera de la competencia.
Antes de Cannes, Nueva Delhi abrió sus salas de cine y sus museos para celebrar «este cine que ha contribuido a fundar la identidad de India en el mundo y a hacer de Bombay una de las capitales mundiales de la historia del cine», como lo recuerdan los organizadores del festival.
«Tanto para quienes lo identifican como anticuado como para aquellos que lo consideran moderno es, en realidad, la única cultura capaz de reunir a todos los indios», explica el productor Skhekhar Kapoor.
Bollywood nunca estuvo en tan buena forma: India produjo cerca de 1.500 obras el año pasado y la industria del cine supondrá dentro de cinco años 3.600 millones de dólares, contra 2.000 millones actualmente.
Bollywood (por la «B» de Bombay) es ante todo un cine popular en idioma hindi, en su gran mayoría comedias musicales en las que se canta y se baila en un decorado colorido y floreado, a un ritmo desenfrenado.
Para los puristas y los críticos oriundos de la clase media, Bollywood omite las evoluciones de la sociedad que están marcando la entrada de la India en el tercer milenio.
«Hay una tendencia a descuidar los contenidos. Pienso que padecemos una crisis narrativa», estima el director y productor Mahesh Bhatt.
La fecha de nacimiento de Bollywood se remonta al 3 de mayo de 1913. En ese entonces, el cine era mudo. Su padre, Dhundiraj Govind Phalke, adaptó el «Mahabharata», una epopeya en sánscrito de la mitología hindú.
El filme, «Raja Harishchandra», alcanzó un gran éxito, a pesar de que los personajes femeninos son interpretados por hombres, ya que el cine era una profesión prohibida para las mujeres.
Phalke hizo un centenar de películas antes de ser barrido por el cine sonoro a partir de los años 1930.