El proceso en apelación del venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos, continuó el lunes en París con nuevos abogados designados de oficio para defender al acusado, juzgado por cuatro atentados mortales cometidos hace 30 años.
En efecto, el tribunal rehusó el pedido de los tres abogados designados de oficio que pidieron a primeras horas de la tarde un plazo mínimo de una semana para estudiar la causa y dialogar con el acusado. «En vista de la complejidad del caso» y de la dificultad de planificar las audiencias de los testigos, sólo un aplazamiento global hubiera sido pertinente, pero esa solución no es posible, explico el presidente del tribunal, Régis de Jorna.
La fiscalía se había opuesto al aplazamiento por considerar imposible un conocimiento exhaustivo del caso en una semana y por temer las consecuencias de tal decisión para la organización de la audiencia. «Carlos está habituado a los tribunales, hijo de abogado y que conoce bien el legajo ¿A quién se hará creer que va a sufrir de un déficit de defensa?», alegó el abogado Francis Szpiner, que defiende a víctimas de los atentados.
Al iniciarse el proceso por la mañana, Carlos sorprendió al tribunal al afirmar que había prohibido a sus abogados habituales venir a defenderlo mientras las autoridades venezolanas no asumieran los gastos de su defensa. «Es culpa de los traidores» que «ponen en peligro al gobierno actual», dijo.
Tres jóvenes abogados (el menos experimentado prestó juramento en 2012) aceptaron asumir la defensa y tendrán que hacerse cargo ahora de una causa que tiene 80 tomos y 30 años de antigüedad. Carlos, de 63 años de edad, comparece ante el tribunal especial de apelación de París, compuesto por magistrados profesionales especializados en juicios por «actos de terrorismo». Se prevé que el juicio dure hasta el 26 de junio.
Carlos está encarcelado en Francia desde su detención en Sudán en agosto de 1994. Declarado culpable en 1997 tras un primer juicio por el asesinato en París de tres hombres, entre ellos dos policías, el venezolano ya ha sido condenado definitivamente a cadena perpetua.
En diciembre de 2011, la justicia francesa lo condenó de nuevo a cadena perpetua, con una pena de seguridad de 18 años, por cuatro atentados cometidos en Francia (en una calle de París en un tren París-Toulouse, en una estación ferroviaria de Marsella y en un tren de alta velocidad Marsella-París) que causaron once muertos y cerca de 150 heridos. Carlos apeló ese veredicto y el que empezó el lunes es el juicio de apelación por esos cargos.
AFP