“La inflación es a la economía como la fiebre es al cuerpo”. Con esta reflexión Víctor Ruz, diputado a la Asamblea Nacional, criticó con fuerza las medidas que ha tomado el Gobierno para contrarrestar un indicador que afecta, en su mayoría, a la población más pobre.
“Quieren usar trapos rojos para tapar la problemática económica que se vive en el país. Hoy hablan de un plan antibachaqueo, cuando el gran problema es la inflación”, dijo el parlamentario desde el mercado Santa Rosalía, de Maracaibo.
Recordó los últimos datos que ofreció el Banco Central de Venezuela. La inflación de abril cerró en 4,3 por ciento, mientras que la acumulada en lo que va de año se ubicó en 12,5 %. Ambas cifras son infinitamente superiores si se comparan a las registradas en ocho países de América Latina para los mismos períodos.
Al mismo tiempo, la escasez llegó en abril a 21,3 %, lo que quiere decir que de cada 100 productos no se consiguen 21 en los anaqueles, entre ellos varios de la canasta básica como el arroz, harina, leche y café.
“Aunado a esto el Gobierno le da al venezolano un aumento de 20 por ciento del sueldo, y al mismo tiempo nos regalan un 30 por ciento de aumento en productos como la carne y el queso. El bolsillo de los venezolanos es el que se ve afectado”.
Tarea pendiente
Revisar los indicadores económicos y el control de precios, incentivar la inversión extranjera con garantías legales y estabilidad en el país, flexibilizar la adjudicación de divisas y acabar con las expropiaciones son algunas de las medidas que –a juicio de Ruz- debe aplicar el Gobierno.
“El 58 % del Producto Interno Bruto (PIB) depende de la empresa privada, que hoy se ve atacada por el Gobierno, que busca despojarla del manejo y distribución de los alimentos. Los productores están asfixiados, han cerrado muchas empresas y esto solo acentúa la escasez. Y mientras, el Ejecutivo se prepara para aumentar la capacidad de producción en otros países, pero no en Venezuela”.
Aseguró que es en el comercio informal donde se consiguen la mayoría de los productos regulados, pero con sobreprecio. “Es más fácil echarle la culpa al comerciante informal, en vez de aplicar medidas claras en pro de la economía. Las expropiaciones y la persecución a la empresa privada afectan el aparato productivo, que ya está asfixiado por el control de cambio, el control de precios y los problemas para la adjudicación de divisas, hay que darle una solución efectiva al pueblo para que su bolsillo y su calidad de vida no se vea tan afectada”.