El chavista Nicolás Maduro cumple este domingo un mes de gobierno en Venezuela enfrentado a una crisis post-electoral por la impugnación de los resultados del 14 de abril, así como por una escalada de la inflación y la escasez que le obliga a negociar con el sector privado para evitar el colapso económico.
«Ha sido un mes difícil para Maduro. Por un lado ha tenido que lidiar con un cuestionamiento de su legitimidad y por otro lado tiene que encarar una crisis económica que está causando malestar y descontento», opina a la AFP el politólogo John Magdaleno.
La tensión en las calles durante las manifestaciones convocadas por el líder opositor Henrique Capriles tras desconocer el estrecho margen de victoria de Maduro en las elecciones del 14 de abril (una diferencia de 1,49 puntos porcentuales), que se saldaron según el gobierno con una decena de muertos, llevó al heredero de Hugo Chávez a radicalizar aún más su discurso.
Acusó a la oposición y a la «ultraderecha» de Estados Unidos de estar urdiendo un golpe de Estado, amenazó a Capriles con la cárcel y hasta detuvo a un general en retiro y dirigente político acusándolo de instigar una rebelión. «El plan de ellos es hacer desaparecer al pueblo, para hacer desaparecer a Chávez y que se acabe la revolución bolivariana», dijo Maduro el jueves en un acto en Barinas (oeste), el estado natal del fallecido líder.
Para Magdaleno, en lo político, Maduro «va a seguir en la línea dura con la oposición, intentar que cometa errores como en el pasado», explica, en referencia al golpe de Estado que en 2002 derrocó brevemente a Chávez y al paro petrolero que meses después paralizó al país.
Al tiempo, el presidente trata de mantener la unidad dentro del chavismo, especialmente de cara a la próxima prueba electoral, las municipales que podrían convocarse en breve. «Les pido prepararse unitariamente para la victoria», afirmó el jueves Maduro, prometiendo «corregir errores».
«Ahora la papa caliente está del lado del gobierno que es quien tiene una crisis de ilegitimidad. Donde Maduro se mueve tiene un paraguas encima de ilegitimidad», aseguró en una entrevista exclusiva con la AFP esta semana Capriles.
Capriles, gobernador de Miranda, está a la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre la admisibilidad del recurso de impugnación que presentó contra los resultados de los comicios por supuestas irregularidades. En caso de que no prospere, prevé llevar el recurso a instancias internacionales, como el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Importar papel higiénico
Paralelamente a la crisis política, que tuvo su reflejo más evidente en una trifulca entre diputados el pasado 30 de abril en la Asamblea Nacional, Maduro hace frente a una muy delicada situación económica.
Así, el anuncio del gobierno de esta semana de que importará 50 millones de rollos de papel higiénico es una muestra clara de los problemas de inflación, escasez y desabastecimiento que sufren a diario los venezolanos, en una economía con un férreo control de cambio y de precios, y altamente dependiente del petróleo y las importaciones.
Según datos del Banco Central, la inflación se disparó en abril a 4,3%, acumulando 12,5% en lo que va del año, mientras la escasez se situó el mes pasado en 21,3%, su máximo nivel en lo corrido de 2013.
El gobierno ha avisado que será difícil cumplir este año las metas de crecimiento (6% del PIB) y alza de precios (entre 14 y 16%). «Imagínate que el país con las reservas de petróleo más importantes del planeta no tengamos ni papel higiénico», dijo Capriles a la AFP.
Al tiempo que ha acusado a la derecha de librar «una guerra económica para desestabilizar al país», Maduro se ha visto empujado a dar muestras de apertura hacia el sector privado, muy marginado en los 14 años de gobierno de Chávez.
El «gobierno puede tratar de desviar la atención sobre responsabilidades, pero a la larga necesita que aumenten la producción o asumirá el costo total», señala el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León.
Así, Maduro se comprometió a facilitar el acceso a divisas para importar y se reunió con varios empresarios para tratar de estimular la producción nacional, entre ellos Lorenzo Mendoza, presidente ejecutivo de Polar, la mayor empresa de producción y distribución de alimentos, a la que Chávez amenazó con nacionalizar en varias ocasiones.
«Le dije ‘tú a producir, yo a trabajar’ y todo el apoyo que necesites, estamos listos para apoyarte también», dijo Maduro sobre la reunión con Mendoza. «Los contactos con los empresarios son un buen signo, pero hay que bajar de la retórica e ir a la práctica, concretar con hechos la reactivación», advirtió a la AFP Jesús Casique, profesor de la sede venezolana de la Preston University.
AFP