Luego de la intervención Marcela Moreno presentó malestar abdominal, 5 meses después fue trasladada de emergencia a otra clínica, luego de haber perdido la parte derecha del colon
Marcela Moreno, ex paciente de la Clínica Rojas Espinal, ubicada en la ciudad de Guatire, específicamente en el cruce de la calle Concepción con Palmas, denuncia que hace siete meses fue víctima de una mala praxis médica, luego de que le practicaran una cesárea, durante la que le dejaron una compresa quirúrgica, por la que estuvo a punto de perder la vida, expresó.
Moreno detalló que luego del pasado 28 de abril, comenzó a presentar inflamación severa en la región abdominal, por lo que en reiteradas ocasiones asistió a la referida clínica zamorana, en la que sus médicos tratantes, José Silva y Manuel Mifsut, le explicaban que esto se debía a que el bebé era muy grande y esto le provocaba el malestar.
Sin embargo, Moreno destacó que pasados cinco meses su situación de salud empeoró por lo que fue trasladada de emergencia a la clínica Federico Ozanam, en la referida ciudad mirandina, donde fue atendida por el doctor Dennis Quijada, el cual, luego de varios estudios detectó una compresa quirúrgica alojada entre la pared abdominal y el colon.
Por lo que acordó con la clínica responsable de la primera cirugía realizar ésta segunda intervención en su sede, bajo las responsabilidades del doctor Quijada, luego de esta operación Moreno presentó pérdida de la parte derecha de su colon, y demás de ello éste centro de salud cobró los gastos de su seguro.
Moreno denunció que además de ello, estos médicos dejaron una gran cicatriz en su abdomen, la cual no presentaba anteriormente, y por supuesto ahora padece dolores debido a la pérdida de la parte derecha del colon.
Aprovechó la oportunidad para hacer un llamado a las autoridades de salud del Estado a que tomen en cuenta este tipo de casos, ya que por la irresponsabilidad de los médicos tratantes casi pierde la vida y ahora padece deficiencias de salud, instó a la colectividad a estar atentos con la ética de los profesionales que los atienden.
Dignora Zea Fernández
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