Las familias afectadas aseguran que pagan entre 80 y 100 bolívares por una carrera, para trasladarse hasta San Antonio de Yare o el llenadero de Ocumare y adquirir una bombona de al menos 10 kilos
Con leña o cocinas eléctricas los habitantes del sector Quebrada Seca, ubicado en el municipio Simón Bolívar, deben preparar sus alimentos, pues el camión de gas comunal mantiene en el olvido a las más de 500 familias que residen en el sector, quienes deben “sabanear” las unidades y expendios de combustible, cada mes, para surtir a sus hogares con una bombona de al menos 10 kilos, que no siempre cubre la demanda mensual de una numerosa familia.
Tal es el caso de Deysi Pérez, vecina del lugar, quien precisó que deben esperar hasta un mes y medio por el camión que surte a la comunidad, por lo que se han visto en la necesidad de pagar un precio elevado por la bombona popular. “El que quiere gas debe bajarse de la mula para obtenerlo, muchos de los vecinos prefieren pagar una carrera hasta el llenadero de Ocumare para comprar una bombona popular, que nos viene costando entre 80 y 100 bolívares, si le sumamos los gastos del transporte”, relató la mujer, al señalar que la problemática la están padeciendo desde hace más de 5 años.
A juicio de los residentes, el Ministerio de Las Comunas debería encargarse de la problemática que perjudica a las familias, por lo que formularon un llamado a dicha cartera para que regularice el envío de gas a la zona. “Este es nuestro dolor de cabeza. Para que me rinda el gas debo cocinar cosas ligeras que no requieran mucho tiempo de cocción” dijo Pérez, quien además instó al alcalde de Simón Bolívar, Saúl Yánez, a que tome cartas en el asunto y atienda las peticiones.
De acuerdo a lo narrado por los afectados, las cabeceras de familias deben acudir, con al menos un mes de anterioridad, al único abasto ubicado en las afueras del caserío para apartar un cupo y tratar de adquirir una de las bombonas que reparte el camión de gas popular en el comercio. “Los que tenemos dos bombonas dejamos la vacía en la bodega para asegurarla en caso de que vengan a surtir el negocio”, manifestó Lizet Jiménez, al explicar que anteriormente las familias esperaban al vehículo expendedor de gas en las afueras de su casa para comprárselos directamente, pero el camión no cubría la demanda total de la comunidad, por lo que dejó de asistir con frecuencia.
MIP-TUY Agencia / Julio Materano
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