Visto por algunos como un “líder supremo” y por otros como “un simple humano” aunque destacado y singular, los caraqueños opinan de forma polarizada sobre la decisión de embalsamar al cuerpo del difundo primer mandatario, quien por ahora descansará en una tumba de cristal desde el Museo de la Revolución en el 23 de Enero
Anabel Barrios Díaz
abarrios@diariolavoz.net
“El cuerpo de Chávez será embalsamado de manera especial, para que pueda ser visto eternamente en el Museo de la Revolución desde urna de cristal”, así el presidente encargado, Nicolás Maduro, anunció que la figura del fallecido mandatario nacional, será sometido a un procedimiento de conservación, uniéndose a la lista de 11 importantes figuras del mundo político que han sido preservados de la misma forma.
Esta decisión ha calado en la opinión pública, generado juicios tan diversos y polarizados como se ha mantenido el país durante los últimos 14 años. Visto por algunos con un “líder supremo” con una devoción casi religiosa, creen que eternizar la entidad física del creador de la revolución del siglo XXI, es incluso un “honor menor” para una figura “que hizo tanto por el bienestar del país”.
“Que lo embalsamen está muy bien, pero no es suficiente. Yo sé que Maduro dijo que lo llevaría al 23 de Enero ‘mientras tanto’, pero ese lugar no es digno de un hombre tan grande e importante para este país, la patria que tanto amó. Todos lucharemos para que sea llevado al Panteón, donde debe estar, al lado del Libertador”, señaló con notoria pasión José Medrano, vecino de Petare.
Humilde sepulcro
Sin embargo, otros difieren de esta posición, alegando que el difunto Presidente no era más que “un simple humano”, aunque sin obviar su poder de liderazgo que lo hacía destacar, hasta convertirlo en “persona singular, pero nunca en una deidad o un ser digno de venerar”.
“Qué y quién era Chávez ¿acaso no era considerado un venezolano y humanista consagrado? entonces por qué no ser tratado como tal… Desde mi perspectiva, hacer lo que pretenden no dejará que su cuerpo descanse en paz, y no tiene un ápice de respeto a su memoria y legado. Si es considerado ‘el cristo de los pobres’, entonces debería ser sepultado con la misma humildad que a Jesús”, señaló Andreina Ribas, habitante de la urbanización La Urbina.
Respetar su voluntad
Desde otra perspectiva, hay quienes consideran que se debe respetar la voluntad de Chávez, quien en el 2012 expresó a través del libro de su autoría “Cuentos del Arañero” donde relató sus memorias, que deseaba ser enterrado en pueblo que lo vio nacer. «Cuando yo muera quiero que me lleven allá, a ese pueblo que es Sabaneta de Barinas, y me conformaré con una cosa muy sencilla, como la abuela Rosa Inés”, reza parte del escrito.
“Si el Presidente pidió que fuese sepultado junto a su abuelita, por qué no respetar su volunta. Nadie puede conocer mejor que el mismo, qué es lo que realmente quería. Nunca ocultó el amor que profesaba por la señora que lo crió… Parece que estuvieran jugando con su figura”, precisó José Ornelos, también residente de Petare.
Otros embalsamados
El embalsamamiento es una práctica cuyo origen se remonta al Antiguo Egipto, donde los cadáveres eran conservados, dada la creencia de que los cuerpos debían llegar intactos al “Juicio de Osiris”, algo similar a lo que en las culturas más populares del país se conoce como el “Juicio Final”.
No obstante, en la actualidad se sigue sometiendo a este procedimiento a importantes personalidades del ámbito religioso y político, que se han consagrado como líderes en el ejercicio de sus patrones ideológicos, en muchos casos, impulsados por ellos mismos. Siendo en su mayoría conocidos comunistas y cabecillas de procesos autodenominados revolucionarios.
Al primero que se le aplicó esta técnica, fue al líder ruso Valdimir Lenin, seguidos por el mongol Horloogiyn Choibalsan, el checo Klement Gottwald, el soviético Joseph Stalin, el vietnamita Ho Chi Minh, el chino Mao Zedong, el angoleño Agostinho Neto, el guyanés Linden Forbes Burnham, el albanés Enver Hoxha, y finalmente el padre e hijo Kim II Sun y Kim Jong II, fundadores y primeros mandatarios de Norcorea.
“Papá Dios: Mándame
al mismo lugar”
En el prólogo del libro de estilo autobiográfico de Hugo Chávez Frías, titulado “Cuentos de un Arañero”, el difunto Presidente manifestó que, de tener la posibilidad de volver a nacer y elegir donde sería, pediría retornar a su pueblo natal, Sabaneta de Barinas.
«Pediría a papá Dios: Mándame al mismo lugar. A la misma casita de palmas inolvidable, el mismo piso de tierra, las paredes de barro, un catre de madera y un colchón hecho entre paja y goma-espuma».