En la detención de varios sospechosos investigadores descubrieron un taller de fabricación de explosivos y armas
PARÍS. Hace un año, Mohamed Merah inició una serie de atentados en los que asesinó a siete personas en unos pocos días. Entre las víctimas había tres niños y un profesor de una escuela judía. Antes de que la policía matase en un tiroteo al terrorista de 32 años, tras permanecer sitiado en su vivienda durante 32 horas, éste se declaró seguidor de Al Qaida y de los muyahidines (combatientes de Alá).
El grupo tenía la capacidad de atacar en breve, dijo ayer en París el fiscal general del Estado, François Molins. De acuerdo con la investigación, los detenidos glorificaban al asesino de Toulouse, Mohamed Merah.
Los sospechosos, de edad entre 21 y 27 años, fueron detenidos en la periferia de Marsella, serán acusados de pertenencia a una organización terrorista.
Con los químicos incautados se podía fabricar una bomba que podría causar daños en varios metros a la redonda, según la fiscalía. Por ahora no se ha mencionado que hubiese un objetivo concreto.
En tanto, en Toulouse, se recordó hoy a la primera víctima de Mohamed Merah, el soldado de 30 años Imad Ibn Ziaten, quien recibió póstumamente la orden de la legión de honor. En la ceremonia en esta ciudad portuaria del fin de semana, el ministro de Defensa Jean-Yves Le Drian dijo que Ibn Ziaten fue una víctima de un terrible y cobarde atentado.
Antes de su muerte, Merah habló del odio a los soldados franceses que estaban combatiendo en Afganistán como motivo para el asesinato del soldado y de otros dos uniformados cuatro días más tarde.
El atentado contra la escuela judía el 19 de marzo fue, dijo, una venganza por la muerte de los niños palestinos en el conflicto israelo-palestino.
Agencias