El 14 de abril fue un huracán electoral que casi devasta al gobierno que alardeaba con una ventaja de más de diez puntos. Ante la realidad, comienza a recomponerse el tablero de ajedrez que es la política vernácula con un país dividido…y en partes iguales
Si antes había duda sobre la polarización del país, hoy los escépticos tienen que admitirlo por la calle del medio. El resultado electoral y sus consecuencias demuestran que el país está partido en dos y que las partes deben buscar un entendimiento, especialmente quienes tienen urgencia de garantizar la gobernabilidad.
Experimentando una situación a la que no está acostumbrado, el oficialismo debe entender que de ahora en adelante tiene que convivir con un adversario que se ha ganado su espacio porque el capital político que les dejó Hugo Chávez se evaporó en menos de un mes. Nada de empujones ni atropellos porque una parte pesa lo mismo que la otra.
La realidad del presente, la fotografía de hoy revela que estamos ante un gobierno frágil y una oposición fuerte. Y dependerá de la habilidad oficialista cambiar este estado tambaleante, para lo cual hace falta oficio, estrategia y disposición y ninguna de las tres parecen ser el denominador común en este momento.
En lo interno, a pesar de que la prioridad ha sido defender la precaria y cuestionada victoria, es revisarse porque el barco amenaza con naufragar.
Uno de los primeros análisis en medio de esta turbulencia por mantener una victoria nada clara, pasa en primera instancia por revisar la estrategia de la campaña de la cual se deduce que Maduro exageró al intentar equipararse con Chávez sin norte ni discurso propio, mientras que su adversario lo acorraló desde el primer momento para finalmente arrancarle un brazo, y con él casi un millón de votos.
El líder de la oposición además cumplió con su gran misión, despertar a una multitud dormida.
Desafiando la realidad, el comando oficialista también ignoró los verdaderos números de esta fotografía que vimos el 14 de abril y se apoyó en la fantasía de algunos mercaderes y adulantes que cantaban una ventaja abismal que no era tal.
El resultado tan milimétrico por supuesto ha generado una crisis política que ha tenido como respuesta el amedrentamiento, la violencia y la amenaza, olvidándose que muchos, en cantidades industriales, ya perdieron el miedo.
Lo correcto es que Maduro deje ser malabarista e intente ser estadista porque el país se le está yendo de las manos. Si no entiende que desde hace una semana ya no es candidato sino presidente, comenzará a complicar más las cosas en medio de una serie de problemas nacionales que bien pueden jugarle un efecto dominó por falta de gestión eficiente.
Por si fuera poco toda esta turbulencia, los organismos y poderes autónomos poco han aportado a la tranquilidad del país. Se saben y se conocen las actuaciones sesgadas del CNE, pero en una coyuntura como esta debe al menos intentar ser menos indiferente ante el petitorio de la otra mitad del país. Igual ocurre con el ministerio público y el TSJ que igualmente deben aparentar ser comedidos para no echarle leña al fuego y omitir criterios a priori como si se tratara de una obra de teatro donde ya se conoce el libreto.
Y para remate se ofrece el deplorable espectáculo de la Asamblea Nacional donde de nuevo se vulnera la institucionalidad sin importar la presencia de observadores internacionales y la prensa extranjera que aún se encuentran en Venezuela. Política al estilo del viejo y lejano oeste, pues.
Con todos estos ingredientes se confirma que el gobierno está siendo acosado por una oposición que nunca antes como ahora había estado tan cerca de quebrar el tubo bolivariano.
Esa es la realidad actual que cambió drásticamente en 6 meses y que va a seguir transformándose.
También hay que pasearse por este escenario. Hoy la oposición tiene un líder y el oficialismo se quedó huérfano.
En este presente convulsionado el oficialismo comenzará a sufrir de los mismos males que padeció la oposición durante estos 14 largos años, la ausencia de un líder que ordene el juego. Y por ahora no se vislumbra a nadie ni siquiera parecido al animal político que era Hugo Chávez.
Vivimos tiempos de cambios acelerados. Capriles no es el mismo del 7-0 y la oposición tampoco.
Y por supuesto, el tablero también es otro…
ARENA Y CAL
**** VERIFICACIÓN. En casi todos los procesos de esta larga cadena de elecciones, la verificación no ha sido impedida. En esta ocasión sí. ¿Por qué? ¿Qué se oculta? ¿A qué se teme?
**** CONDENA. Es indignante denunciar el ataque a los diarios La Región y Avance en Los Teques y peor aún es saber que fue tutelado por personajes del gobierno municipal perfectamente identificados. Esa es la paz que nos venden.
**** AMEDRENTAMIENTO. Motorizados al servicio de una parcialidad política se dedicaron a crear terror el domingo pasado lanzando tiros al aire en los centros electorales de La Rosa, El Mirador, la recta de Castillejo y en Nueva Casarapa. Con todo, la gente asumió su rol. ¿Quién dijo miedo?
**** MIRANDA. El Psuv debe revisarse. Perdieron Guaicaipuro. Baruta, Sucre, Chacao, El Hatillo, Los Salias, Carrizal. Le pisan los talones en Zamora, se le acercan en Plaza y en Barlovento y solo sobreviven en El Tuy. ¡Susto!
**** VARGAS. La procesión va por dentro. Piden explicación de los “10 mil votos extraviados” y para colmo el gobernador García Carneiro despidió 300 personas bajo la percepción de que estos votaron por Capriles. En el grupo se incluye al director de ingeniería.
**** GOBERNADORES. El miércoles se realizó un cónclave entre los 20 gobernadores afectos al gobierno. La reunión versó sobre los resultados del domingo con severos cuestionamientos para las regiones donde se perdió a tan solo tres meses de luna de miel.
**** MARGARITA. Ahora el rumor llega de Margarita. El hijo del exgobernador estaría siendo presionado para que salte la talanquera so pena de avanzar en la investigación que se adelanta en la comisión de contraloría contra su padre Morel Rodríguez.
**** EL ALCALDE de Carrizal José Luis Rodríguez estuvo por Guarenas y Guatire. Hizo una parada en este diario y asistió al programa “Almorzando con Emilio” el pasado martes en la emisora 93.7 FM, allí afirmó que frente a un empate técnico entre Capriles y Maduro lo mejor es que el CNE abra las cajas para despejar las dudas.
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Jairo Cuba