- Tras estudiar a 6.000 mujeres durante nueve años, los autores observaron que las que consumían gran cantidad de frutillas, piña y melón, y tenían una alimentación más parecida a la dieta mediterránea eran un 20 por ciento menos propensas a mencionar esos síntomas
NUEVA YORK. Un estudio de Australia sugiere que las mujeres con una dieta rica en frutas, ciertas
verduras, pasta y vino tinto son menos propensas a padecer sofocos y sudoración nocturna durante la menopausia.
Tras estudiar a 6.000 mujeres durante nueve años, los autores observaron que las que consumían gran cantidad de frutillas, piña y melón, y tenían una alimentación más parecida a la dieta mediterránea eran un 20 por ciento menos propensas a mencionar esos síntomas.
En cambio, las mujeres menopáusicas con una dieta rica en azúcar y grasas eran un 23 por ciento más propensas a sentir sofocos y sudoración nocturna.
El estudio no prueba que ciertos alimentos previenen o provocan los sofocos, pero es uno de los primeros que asocian los patrones alimentarios, no sólo ciertos suplementos, con síntomas menopáusicos.
«El estudio está bien diseñado, pero no me emocionaría tanto porque no hallamos una explicación», dijo Teresa Fung, investigadora especializada en nutrición de Simmons College, Boston. «Ignoramos los mecanismos biológicos involucrados», agregó.
El equipo entrevistó a 6.040 mujeres de entre 50 y 55 años sobre qué comían y con qué frecuencia, y si fumaban, bebían alcohol o hacían ejercicio. Todas habían llegado a la menopausia naturalmente.
Al inicio del estudio, el 58 por ciento tenía sofocos, sudoración nocturna o ambos. En los nueve años siguientes, las mujeres que comían frutas y alimentos de la dieta mediterránea (ajo, verduras de hojas, pasta y vino tinto) tenían menos sofocos, tras considerar otros hábitos del estilo de vida.
Pero las verduras en general, la carne y los lácteos no estuvieron asociados con una mayor o menor posibilidad de desarrollar síntomas menopáusicos, según publican Gerrie-Cor Herber-Gast y Gita Mishra, de la Universidad de Queensland, en American Journal of Clinical Nutrition.
La terapia hormonal es el único tratamiento efectivo conocido para los sofocos. Pero dado que esos fármacos estuvieron asociados con un aumento del riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca, ACV y cáncer mamario en el estudio Women’s Health Initiative, los investigadores y las mujeres han estado
buscando alternativas más seguras.
Para Herber-Gast y Mishra, las dietas reducidas en grasas y ricas en fibra podrían estabilizar los niveles de estrógeno y aliviar los sofocos y la sudoración nocturna. O que la dieta mediterránea mantenga los niveles de azúcar en sangre dentro del rango óptimo, lo que también podría reducir el riesgo de las mujeres de padecer síntomas molestos.
«Aún no contamos con tantos estudios como para realizar recomendaciones», dijo Fung, que no participó del estudio.
Comentó que dados los cambios, físicos y psicológicos, que ocurren en la menopausia, sería un momento ideal para que las mujeres piensen en mejorar su dieta y su salud general.
• Fuente: American Journal of Clinical Nutrition