La vida es una constante lucha y en más de una ocasión, perdemos la batalla.
Nos sentimos acabados, frustrados y hasta impotentes, porque vemos a nuestros problemas demasiado grandes para afrontarlos.
Sin embargo, hay un versículo en la Biblia que dice así: “somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”, Romanos, capítulo 8, versículo 37.
Estas palabras son una de las más poderosas, cuando necesitamos buscar consuelo en la Biblia.
La Palabra de Dios nos habla de las promesas del Padre Celestial y del sacrificio de su Hijo Jesucristo en la cruz, pero también nos relata su victoria sobre la muerte y su gloriosa presencia en el cielo, así como de la garantía de salvación y vida eterna que Cristo nos ofrece.
Jesucristo nos amó tanto, que cumpliendo la voluntad del Padre dio su vida para el perdón de los pecados, de todos los seres humanos.
En el libro 1 de Juan, capítulo 2, versículo 2, leemos: “él es el sacrificio para el perdón de nuestros pecados y no solo por, los nuestros, sino por los de todo el mundo”.
Dios no hace acepción de personas, a todos nos da la misma oportunidad, pero somos nosotros quienes decidimos si aceptamos o no a Jesús como Señor y Salvador, ya que esta es una decisión voluntaria y personal.
“Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman”, dice la Biblia en el libro de Romanos, capítulo 8, versículo 28.
No desperdiciemos la oportunidad que tenemos, Jesucristo quiere ayudarnos, protegernos y salvarnos, pero debemos buscarlo con un corazón dispuesto a aceptarlo y recibirlo con amor.
El cristianismo no es una religión sino un estilo de vida con Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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