Los viajeros, en su desespero por abordar los vagones, lastiman a los más débiles, como son las personas mayores, mujeres y niños
A una batalla campal se enfrentan a diario los usuarios del ferrocarril Valles del Tuy-Caracas, debido a la desorganización que reina en las distintas estaciones durante las horas pico. Este problema crea un caos colectivo, pues los usuarios, en su desespero por abordar los vagones, lastiman a los más débiles, como son las personas mayores, mujeres y niños. “Esta situación es deprimente, debido a que hay policías, pero sólo controlan el acceso a las instalaciones, no obstante no lo hacen para abordar el vagón”, dijo Carmen Barrios, usuaria del tren.
Y es que aunque por los altavoces se advierte a los viajeros que por razones de seguridad deben abstenerse de correr, apenas se abren las puertas del tren casi todos salen corriendo. Mercedes A. Contreras, funcionaria de la Contraloría del Estado, tuvo una mala experiencia al utilizar este medio de transporte. Según narró a este medio, el viernes 03-05-2013, aproximadamente a las 2pm, se dirigía de Caracas a los Valles del Tuy en el Ferrocarril y cuando llegó el tren a la Estación La Rinconada Simón Bolívar “fui arrastrada por una manada de personas (creo que el calificativo de animales les queda mejor)”.
“Mi pierna izquierda cayó en el espacio que está entre el tren y el andén, a pesar de mis gritos de dolor y auxilio la gente seguía pasándome por encima, pisoteándome. Un señor se lanzó al piso para halarme y auxiliarme porque ya casi cerraban las puertas del tren y a pesar de esto seguían pasándonos por encima; algunos usuarios tocaron las alarmas pero ningún funcionario del IFE salió en auxilio y el tren arrancó como si nada, yo seguía gritando de dolor, cuando casi llegamos a Charallave Norte, volvieron a tocar las alarmas.
Al llegar estaba una funcionaria en el andén, solicitó una silla de ruedas y una ambulancia debido a mi estado (solo dijeron que eso es normal, que a diario ocurre) y yo en medio de mi dolor les dije que ellos (IFE) tenían que hacerse responsables de mis gastos médicos, que me llevaran a una clínica pero solo respondieron que el IFE no se hace responsable de nada”, narró la mujer.
Agregó que acto seguido la trasladaron al Puesto Pronto Socorro de Charallave donde no la recibieron porque no había rayos x, luego la iban a llevar a un CDI. “En ese momento les pedí, muy molesta, que no me ruletearan, que me llevaran a la Clínica Paso Real porque tengo seguro. Allí me diagnosticaron politraumatismos generalizados y los ligamentos de mi rodilla izquierda desechos y momentáneamente me colocaron yeso desde el tobillo hasta el muslo, para luego de 21 días, ya con la pierna más desinflamada, realizarme una resonancia magnética para medir el grado de los daños ocasionados. Lo más triste es que el IFE: bien gracias”, indicó.
La usuaria se pregunta: “¿Por qué en un medio de transporte masivo es normal que a diario algunos viajeros resulten heridos. Dónde están las medidas para la seguridad de los usuarios. Dónde estaba el personal operativo en ese momento. Por qué el IFE no se hace responsable de los accidentes ocurridos en sus estaciones?”
Casos como los de Contreras son el “pan nuestro de cada día” en el ferrocarril Caracas-Valles del Tuy, de allí que los usuarios esperan que el nuevo presidente del Ife, Francisco Torrealba, ponga orden y cese esta anarquía. Es importante destacar que los trabajadores del tren también se quejan del trato que reciben en muchas oportunidades. “Debemos aguantar las groserías de los usuarios, que jamás quieren cumplir las reglas. Si tú intentas que se respete el vagón para las personas de la tercera edad lo que te llevas son insultos”, dijo una trabajadora que pidió mantener su nombre en reserva.
La vida es dura en el Tuy
El tren es un símbolo de lo que ha ocurrido con toda la zona del Tuy, que creció sin planificación alguna. Y eso lo están pagando hoy sus habitantes no sólo en ese colapsado sistema de transporte sino también en racionamientos eléctricos, falta de agua y gas, problemas en el sistema de recolección de basura, un pésimo sistema de salud pública y una inseguridad que galopante.
MIP-TUY Agencia
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