Los periódicos de Venezuela encaran dificultades para estar en la calle: la falta de papel ha llevado a pequeños diarios a quedarse sólo con sus ediciones en línea, a reducir sus páginas o su tirada, y hasta a salir un día sí y otro no.
La escasez de dólares, debido a un férreo control cambiario que rige en Venezuela desde 2003, ha reducido la capacidad de compra de las importadoras de papel, y otros insumos indispensables para las rotativas como las planchas de impresión y la tinta.
Carlos Correa, presidente de Espacio Público, una ONG defensora de la libertad de expresión, precisó a la AFP que de un centenar de periódicos regionales en Venezuela, cerca de la mitad tienen problemas por falta de insumos, lo que es visto por algunos sectores como una forma de acallar a medios críticos al gobierno.
«Los grandes medios, con más recursos y grandes stocks, hacen sus compras directas. Los más vulnerables son los periódicos de provincia, que dependen de las importadoras. El gobierno debe hacer transparente el acceso a divisas para comprar los insumos», destacó.
La importación de papel estaba, con los medicamentos y alimentos, entre las prioridades de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), órgano que suministra a empresas y particulares dólares al cambio oficial de 6,3 bolívares, de forma restringida y tras un tedioso trámite burocrático.
Pero hace un año las autoridades dispusieron que ahora los importadores de papel presenten el llamado Certificado de No Producción Nacional (CNP), que confirma a Cadivi que la empresa requiere de dólares para traer un producto no producido en Venezuela.
El director ejecutivo de Asociación de Industriales de Artes Gráficas, Edgar Fiols, calculó hasta en más de cuatro meses el «engorroso» proceso de obtención de divisas.
«… y la noticia no espera»
El presidente del Bloque de Prensa Venezuela, David Natera, criticó que requerir el certificado, que puede llevar varios meses de trámite, es una «alcabala (traba) porque todos saben que en el país no se produce papel».
Algunos pequeños periódicos, señala, incluso «se prestan papel o lo compran al elevado costo del mercado paralelo del dólar» -seis veces más que el oficial-, pero otros no logran resistir.
En un comunicado, «El Sol» (estado Monagas) anunció la semana pasada «la interrupción momentánea (…) ante la falta de material que impide nuestra impresión y que en la actualidad afecta a los medios impresos de la región y el país».
«Hoy les decimos hasta luego, rogando que la normalidad se restablezca pronto para que nuestros lectores, anunciantes y articulistas tengan de nuevo en sus manos ‘Antorcha'», se leyó en el editorial de ese periódico de Anzoátegui.
Belkys Blomdell, directora del diario El Caribazo (Nueva Esparta), precisó que el periódico, que tira de 15.000 a 25.000 ejemplares, adelgazó en el último año de 32 a 16 páginas. «Hay muchas dificultades, con los insumos escasos, pero los buscamos, para no dejar de salir», afirmó a la AFP vía telefónica.
Igual con el diario Los Llanos que pasó en tres meses de 28 páginas a 20. «Se está buscando el papel. El proveedor nos dice que ya están por llegar las bobinas», dijo a la AFP Raúl Trasolini, jefe de Deportes de ese periódico del estado Barinas. «Tratamos de sobrevivir», agregó.
«Tinta política»
Los problemas para la importación de papel periódico ha sido interpretado por sectores críticos al gobierno como obstáculos a la libertad de expresión.
«Es inevitable pensar que la licencia de importación se utiliza en forma intencional para amordazar», dijo en Miami el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Claudio Paolillo, al pedir al gobierno de Venezuela que elimine las trabas.
Pero periódicos pro gobierno, como VEA, dicen pasar tantas peripecias como los opositores y piden agilizar los trámites e instalar una fábrica de papel en el país.
«En casa de herrero cuchillo de palo. También se nos exigen requisitos. Si se acaba el papel, bajamos de 32 a 24 páginas. Algunos dicen que los están persiguiendo, asfixiando; pero todos padecemos la burocracia paquidérmica», comentó el jefe de Redacción de VEA, Argelio Pérez.
Para la socióloga Maryclen Stelling, del Observatorio Global de Medios, el gobierno de Nicolás Maduro debe «rápidamente solventar la falta de papel, un problema económico, para evitar el tinte político».
«El cierre de periódicos regionales lesiona el derecho al debate y libre circulación de las ideas, que es preocupante cuando están por celebrarse elecciones municipales en diciembre», comentó Correa.
Quienes no conciben desayunar leyendo el diario por internet, como Aurelio, dueño de un pequeño restaurante del este de Caracas, lamentan la situación económica: «¡Si no hay papel tualé (higiénico), menos va a haber para periódicos!».