El presidente estadounidense, Barack Obama, culpó a los republicanos de llevar al país al primer cierre indefinido de la Administración en 17 años por una «cruzada ideológica» contra su reforma sanitaria, que hoy comenzó a ofrecer nuevos servicios.
El desacuerdo la pasada medianoche a la hora de aprobar nuevas asignaciones presupuestarias en el inicio del nuevo año fiscal ha llevado a unos 800.000 empleados federales a pasar hoy su primera jornada sin salario, mientras los congresistas intentan acordar medidas de emergencia.
Obama denunció hoy desde la rosaleda de la Casa Blanca que los republicanos de la Cámara de Representantes, donde son mayoría, «han cerrado el Gobierno por una cruzada ideológica para negar seguros médicos asequibles a millones de estadounidenses».
La reforma sanitaria de Obama, aprobada en 2010, ha estado en el centro de los desacuerdos que han desembocado en la falta de asignaciones para el nuevo presupuesto.
Los republicanos se han opuesto desde el comienzo a esta reforma, que las encuestas indican que divide a la opinión pública estadounidense, y desde que consiguieron el control de la Cámara de Representantes a finales de 2010 han intentado bloquearla en su progresiva puesta en marcha.
Hoy comenzó una fase clave de esa ley, bautizada como «Obamacare», con el inicio de las ofertas de seguros privados en un mercado online para familias sin cobertura o empresas con empleados sin seguro médico.
Obama dijo que, pese a algunos fallos técnicos, la buena acogida de ese servicio pocas horas después de su puesta en marcha es una muestra de que los republicanos deben abandonar «sus irresponsables demandas» para desmantelar la reforma sanitaria y tienen que «reabrir el Gobierno».
Republicanos y demócratas pasaron hoy el día en el Congreso acusándose mutuamente de provocar el cierre del Gobierno, que ha obligado a cerrar los Parques Nacionales, a que los servicios públicos no considerados esenciales queden clausurados y a que los beneficios para los veteranos o las familias pobres se retrasen.
Mientras tanto, Washington DC, la capital administrativa funcionó a medio gas por la ausencia de cientos de miles de funcionarios y con turistas desconcertados por el cierre de monumentos y museos.
En el monumento a los caídos en la II Guerra Mundial una agente del servicio de Parques Nacionales indicó a Efe que hoy decidieron abrir parcialmente la zona ante la llegada de veteranos y otros visitantes, pero «si esto se prolonga, el cierre será total».
Una funcionaria del Departamento de Educación, donde el 94 % de sus 4.225 empleados se ha quedado sin paga, indicó a Efe que ayer recibieron la orden de estar pendientes de las noticias sobre el cierre de la Administración y hoy a las 9 de la mañana fueron conminados a cerrar sus equipos, cuentas de correo y puestos de trabajo.
«Ya hemos recibido la nota formal de licencia sin pago y nos comunican que, si se alarga, podremos acogernos a prestaciones por desempleo, pero si esto se prolonga será algo muy serio», indicó.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, lamentó que los demócratas rechazaran anoche su propuesta de reunir a miembros de las dos Cámaras del Congreso para desbloquear las negociaciones.
«Estoy decepcionado con la actitud del Senado esta mañana al rechazar la propuesta de la Cámara ¡Por Dios! Ni siquiera se han querido sentar y hablar de ello», criticó Boehner.
Por su parte, los republicanos en la Cámara de Representantes propusieron aprobar leyes temporales para financiar agencia por agencia, sin tener que buscar un acuerdo presupuestario general, «juego» en el que el presidente no está dispuesto a entrar, según la Casa Blanca.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, criticó en una caldeada sesión hoy que «los republicanos quieran elegir financiar solo lo que les gusta del Gobierno» y dijo que la Administración federal puede reabrirse «en pocos minutos» si abandonan sus demandas sobre «Obamacare», una ley ya en marcha.
La consultora económica IHS Global Insight calculó hoy que el efecto económico del cierre o «shutdown», como se conoce en inglés, podría traducirse en 300 millones de dólares diarios de coste para las arcas públicas.
El execonomista de la Reserva Federal y miembro del Instituto Peterson David J. Stockton estimó que cada semana de cierre restará un 0,15 % al producto interior bruto de la primera economía mundial, que en dos semanas podría enfrentarse a un debate aún más delicado: el aumento del nivel de endeudamiento para evitar la suspensión de pagos.
EFE