Recomienda a otros adultos mayores perderle el miedo a la PC, como él lo hizo en el taller que organizan la Dirección de Bienestar Social de la Alcaldía de Chacao y el Instituto Venezolano de Capacitación de la Iglesia (Invecapi)
Un reto, una necesidad y una nueva forma de aprender a comunicarse con hijos y nietos son algunas de las razones que motivan a los jóvenes prolongados de Chacao a inscribirse en los cursos de computación que desarrollan la Dirección de Bienestar Social de la Alcaldía de Chacao y el Instituto Venezolano de Capacitación de la Iglesia (Invecapi).
Un ejemplo de esta tenacidad es Oswaldo Figueroa, un joven prolongado de 88 años de edad, quien todos los miércoles de 2 a 4:15 pm se sienta en su computadora a aprender el manejo de este aparato tan importante en nuestra época.
“Hoy en día todo está computarizado. Hay que estar al día, y manejar computadora hace mucha falta para estar comunicado con todo el mundo. Es tan útil y necesario como un teléfono, una nevera o una lavadora”, aseveró.
Figueroa comentó que adentrarse en el mundo de la computadora le ha permitido otra nueva experiencia de acercamiento familiar. “En mi familia están encantados y me apoyan. Los que no tienen computadora me dicen que les enseñe. Y me preguntan que cómo hacen para comunicarse con fulano y sutano”, reveló.
Pero quizás el paso decisivo que dio Oswaldo Figueroa fue vencer el temor a la computadora.
“Antes le tenía miedo. Pero después de unas dos o tres clases, le perdí el temor. Creí que era imposible aprender computación porque estaba muy viejo”, señaló.
Y finalmente recomienda a otros jóvenes prolongados como él, a que den ese paso, sin detenerse en los prejuicios y creencias que se tienen sobre la tercera edad.
“Aconsejo que aprendan a manejar computadoras, porque esto es muy importante”, sugirió.
Este consejo fue escuchado por dos de sus compañeros. Jesús Alfonso Romero de 69 años, jubilado, y quien aspira que los cursos que recibe se hagan más intensivos y a quien manejar la computadora le ha permitido tener más independencia de la familia. “Me motivé a aprender yo mismo, a manejar la computadora, para no estar molestando a los hijos y nietos”.
Maritza Lizcano, otra joven prolongada, señaló: “Tenía muchas aspiraciones de poder tecnificarme. Todavía en la tercera edad damos mucho”, declaró.
Junto a estos jóvenes prolongados figuran otros 28 adultos mayores que demuestran todas las semanas que quieren seguir aprendiendo y que la edad no es obstáculo para actualizarse.
Actualmente se desarrollan dos cursos de computación para mayores de 60 años y un tercero para mayores de 40, y culminarán en noviembre, cuando el alcalde Emilio Graterón entregue su diploma a Oswaldo Figueroa.
MIP-TUY Agencia/Sandy Brito
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