Las autoridades aún no han desvelado a qué velocidad circulaba el tren, que descarriló en una curva pronunciada en la zona del condado de El Bronx en la que el río Hudson se une con el río Harlem
El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, apuntó al exceso de velocidad como posible causa del accidente de un tren de cercanías que el domingo causó cuatro muertos y más de 60 heridos en el condado neoyorquino de El Bronx.
«Creo que va a estar relacionado con la velocidad», señaló Cuomo en declaraciones a la cadena de televisión NBC, en las que recalcó que, si bien el descarrilamiento tuvo lugar en una curva complicada, se trata de una curva «que ha estado ahí durante decenios».
Las autoridades aún no han desvelado a qué velocidad circulaba el tren, que descarriló en una curva pronunciada en la zona del condado de El Bronx en la que el río Hudson se une con el río Harlem, y en la que la velocidad máxima establecida es de 48 kilómetros por hora, aunque poco antes es de 120 kilómetros por hora.
Varios medios locales han señalado que el maquinista del convoy indicó a los servicios de rescate que accionó los frenos para reducir la velocidad, pero que no habían funcionado.
Técnicos del Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) están examinando todos los detalles técnicos del accidente, incluyendo la revisión de la «caja negra» del tren, así como a entrevista al maquinista y al personal que viajaban a bordo.
Sigue retirando vagones
Cuomo ofreció este lunes entrevistas en varias cadenas televisivas mientras en la zona de El Bronx donde tuvo lugar el accidente los trabajadores de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) trabajan para retirar los vagones descarrilados y reparar las vías a fin de reanudar el tráfico lo antes posible.
El accidente ha afectado seriamente a una de línea de cercanías que permite llegar a trabajar a la ciudad de Nueva York a unas 26.000 personas cada día.
Los pasajeros de la línea, que comienza en Poughkeepsie, deben parar en la estación de Yonkers, desde donde una serie de autobuses les trasladan hasta la estación de metro de la línea 1 en la calle 242, en El Bronx, lo que supondrá añadir como mínimo una hora más por trayecto a su rutina diaria.
El de ayer fue el quinto descarrilamiento del año de un tren o un metro de la MTA, y el peor desde que un metro de la línea 4 descarriló en 1991 y causó la muerte de cinco pasajeros y heridas a más de 200.
Agencias