El líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y la excúpula de esa guerrilla maoísta peruana se presentaron este lunes ante una corte de Lima que los juzga por un atentado que dejó 25 muertos en 1992, constató AFP.
Se trató de la primera aparición en casi una década de Guzmán, de 79 años, que cumple una condena de cadena perpetua en una cárcel militar de máxima seguridad por delitos de terrorismo.
Vestido con camisa y pantalón oscuros, el líder máximo de Sendero -camarada Gonzalo, según su alias en la organización- se presentó junto a su esposa y segunda del movimiento, Elena Iparraguirre, y el tercero en el mando de la organización, Osmán Morote, para escuchar las acusaciones por un atentado con coche bomba en el barrio limeño de Miraflores.
El fiscal Johnny Soto pidió «una condena de cadena perpetua para todos los procesados» por el delito de autoría mediata, como ideólogos del ataque que dejó «25 muertos y 155 heridos», según señaló.
Acusó además a los ex senderistas del delito de tráfico ilícito de drogas.
«Sendero Luminoso cobraba 40.000 dólares como cupo a los narcotraficantes en el valle del (río) Huallaga en el noroeste de Perú», dijo.
Ninguno de los procesados intervino durante la audiencia.
Guzmán sólo se limitó a decir su nombre cuando se lo solicitó la jueza, y sonreía cuando escuchaba las acusaciones del fiscal.
La última vez que se lo vio en público fue en una audiencia en noviembre de 2004.
Según el abogado de Guzmán, Alfredo Crespo, el juicio buscaría impedir que tres senderistas condenados que cumplen su pena este año obtengan la libertad.
«No existe ninguna prueba de que Abimael Guzman, y el comité central de la organización hayan ordenando este atentado», afirmó.
«Abimael Guzmán consideró el atentado como un error y dejó en claro que estaba al márgen de eso», agregó Crespo, en diálogo con periodistas durante un intervalo de la audiencia.