Los esfuerzos para llevar comida y suministros médicos a la ciudad se han convertido en un examen para ver si las conversaciones de paz de Suiza pueden obtener resultados sobre el terreno después de casi tres años de conflicto
GINEBRA. El destino de un convoy con ayuda de Naciones Unidas para miles de sirios asediados en la ciudad de Homs permanecía el martes en suspenso, debido a la petición del Gobierno de garantías de que los suministros no terminarían en manos de «terroristas».
Los esfuerzos para llevar comida y suministros médicos a la ciudad se han convertido en un examen para ver si las conversaciones de paz de Suiza pueden obtener resultados sobre el terreno después de casi tres años de conflicto.
La ONU dijo el martes estar preparada para enviar raciones de comida a la Ciudad Vieja de Homs -que ha sido reducida a escombros por meses de bombardeos y combates- que cubrirían las necesidades de 2.500 personas durante un mes.
«Una vez que todas las partes sobre el terreno permitan que proceda el convoy de varias agencias, el PMA enviará a la Ciudad Vieja 500 raciones familiares y 500 paquetes de harina, suficientes para 2.500 personas durante un mes», dijo a Reuters la portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA) Elisabeth Byrs.
El PMA también tenía previsto enviar 100 cajas de un producto de nutrición especializado que ayuda a tratar el subdesarrollo infantil y la desnutrición severa, añadió.
El organismo proporcionará además raciones de comida lista para comer a «mujeres y niños que elijan ser evacuados» de la Ciudad Vieja si se les garantiza el acceso, dijo Byrs.
Pero el Gobierno quiere saber quién recibiría la ayuda.
«Seguimos esperando por garantías de que esos convoyes no irán a grupos armados, a grupos terroristas dentro de la ciudad. Queremos que vayan a mujeres y niños. Seguimos esperando esas garantías», dijo el viceministro sirio de Relaciones Exteriores, Faisal Mekdad.
El funcionario agregó que el coordinador de la ONU en Damasco, Yacoub al Helou, estaba en contacto con los dos bandos y que el Gobierno estaba esperando su último informe.
La sesión vespertina de negociaciones para poner fin a la guerra fue cancelada el martes, dijo la delegación opositora, citando diferencias sobre el objetivo de las mismas.
El delegado de la oposición Murhaf Jouejati dijo que la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja tienen todas las garantías necesarias de las fuerzas antigubernamentales.
«El único obstáculo para el movimiento de esos convoyes es la decisión del régimen, que todavía no se ha dado», dijo.
Las familias de Homs son una pequeña fracción de las 250.000 personas que viven asediadas en el país, según la ONU.
Activistas de la oposición en Homs publicaron una carta en redes sociales diciendo que a menos que se rompa totalmente el asedio de las tropas respaldadas por el Gobierno, cualquier otra medida será «superficial». Agencias
Para el mediador Brahimi
no hay solución imposible
Lajdar Brahimi ha visto en el pasado rostros similares de personas apenas capaces de ocupar una misma sala y mucho menos de dialogar. Libaneses, afganos, iraquíes, ahora sirios. También, después de dos décadas, de compatriotas argelinos.
Durante días, el veterano mediador de las Naciones Unidas ha presidido conversaciones de paz con el propósito de hallar una salida a la guerra civil en Siria. Logró juntar por primera vez cara a cara a representantes del gobierno de Bashar Assad y la oposición el sábado, asegurándose a la vez de que no tuvieran que entrar por la misma puerta ni se hablaran unos a otros directamente. Tiene 80 años y es paciente.
«A menudo me acusan de ser muy lento. Pero creo que ser lento es mucho mejor que ser precipitado. Si uno corre puede ganar una hora y perder una semana», dijo a la prensa a fines de otra larga jornada. «De modo que vamos lentamente y espero que sigamos haciéndolo».
AP