El nuevo gobierno de Ucrania ordenó a todas sus tropas retirarse de Crimea el lunes con lo que puso fin a varios días de indecisión en los que fuerzas rusas tomaron control la península. La gente en la calle se burló de los marineros en retirada y los llamaban «ratas» que escapan de un barco que se hunde.
Desde que el presidente ruso Vladimir Putin anexó formalmente a Crimea la semana pasada, las fuerzas rusas han aumentado su presencia y operaciones ante el ejército ucraniano en la península en el mar Negro, confiscando sus barcos e irrumpiendo en centros militares con vehículos blindados.
Cansados de semanas de tensiones e incertidumbre, algunos efectivos ucranianos ya comenzaron a retirarse, incluyendo la tripulación del barco de la armada Konstantin Olshanskiy en la bahía de Donuzlav, en el occidente de Crimea.
Los marineros usaron un pequeño bote de plástico que necesitó varios viajes para llevarlos a tierra, donde fueron recibidos entre burlas en la costa. Un hombre gritó que eran «ratas» escapando de un barco, mientras que otro comenzó a cantar el himno nacional ruso desde su auto.
«No somos ratas, no estamos corriendo», dijo uno de los marineros, quien sólo reveló su nombre, Yevgeny, para hablar del asunto tan delicado. «¿Por qué tendríamos que habernos quedado? ¿Y qué habríamos logrado si lo hacíamos?».
En una base militar cerca del puerto de Feodosia en el este de Crimea, dos efectivos heridos fueron tomados como prisioneros en lunes junto con otras 80 personas que fueron detenidas, informaron autoridades ucranianas.
Ante los ataques contra al menos tres edificios militares en Crimea en los últimos tres días, y la decisión de algunos efectivos ucranianos de conservar su empleo al cambiar de bando con los rusos, no estaba claro cuántos militares ucranianos seguían en la península. El exjefe de la armada de Ucrania, quien estuvo acusado de traición después de que prometió aliarse a las autoridades pro-rusas e instó a otros a desertar, fue nombrado subjefe de la flota rusa del mar Negro.
AP