El presidente Nicolás Maduro dio inicio este miércoles a lo que llama una «nueva etapa para la economía» de su país, que está en sus peores condiciones en décadas.
Una etapa, dijo, en la que «se supere el rentismo del sector petrolero» que, en el país con mayores reservas de crudo en el mundo, ha hecho a Venezuela dependiente de las importaciones.
Para resolver los problemas económicos de Venezuela, que cuenta con una de las tasas de inflación más altas del mundo y niveles históricos de escasez de productos básicos, Maduro espera poder activar la producción nacional.
Y para eso, según los anuncios que hizo el miércoles, intenta trabajar con el sector privado, que ha sido fuertemente golpeado por las nacionalizaciones y políticas del modelo impuesto desde hace 15 años por el predecesor de Maduro, el fallecido Hugo Chávez.
Muchos, sobre todo desde la oposición, creen que las medias anunciadas por Maduro el miércoles, así como aquellas realizadas en los últimos meses, son insuficientes y no resuelven el problema económico de fondo.
Pero otros, incluso también opositores, reconocen un cambio en la política económica del gobierno, algo que -aseguran- es un buen comienzo.
«No quiero pasar por optimista, pero reconozco un cambio del gobierno en la forma y en el fondo en su aproximación hacia nosotros», le dijo a BBC Mundo Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, asociación que aglutina a las empresas privadas de Venezuela y ha sido protagonista de fuertes contiendas con el gobierno revolucionario.
Los anuncios
El miércoles Maduro tuvo una nueva reunión de la Conferencia Económica por la Paz, una iniciativa que cuenta con la presencia tanto de Fedecámaras como de otros representantes del sector privado.
Maduro dijo que pondrá a disposición del sector privado los recursos financieros de fondos públicos para que inviertan en el aparato productivo del país.
«Pongo al servicio de este foro económico el fondo chino, Fonden, el fondo Mercosur-ALBA que contienen importantes recursos en divisas y en bolívares para dinamizar una nueva estrategia de inversión», dijo el mandatario refiriéndose a fondos discrecionales oficiales de varios miles de millones de dólares.
Asimismo, el presidente firmó un decreto para extender hasta el 31 de diciembre del 2014 la facilitación de los trámites para las importaciones y exportaciones.
«Hay que acabar los intermediarios en todo; cortarlos de tajo», dijo Maduro. Y añadió que hay «una cartera gigantesca de inversión en la banca pública y privada» que puede convertirse en capital productivo.
Parte del problema que enfrenta al gobierno con los privados es una millonaria deuda con las empresas que no han podido recibir los dividendos de sus ventas por cuenta del control cambiario de divisas impuesto por el Estado.
Sobre esto, Maduro aseguró que pretende pagar el 30% de esa deuda cuanto antes.
Y además anunció la aprobación del presupuesto para construir 220 mil viviendas en los principales centros urbanos del país, proyecto que contaría con la colaboración del sector privado.
«Faltan los problemas de fondo»
Los anuncios se suman a varias medidas impulsadas en el último mes por el gobierno para reanimar la economía, entre ellas el aumento de los precios de varios productos regulados por el Estado.
«Esto es más que un guiño al sector privado, porque no es poca que cosa que vengan de este gobierno», dice Roig, en alusión a unas medidas que favorecen al libre mercado de parte de un gobierno considerado enemigo de éste.
Según el presidente de Fedecámaras, la reciente devaluación de la moneda local frente al dólar, la implementación de vías alternativas para la comprar de divisas y los acuerdos con los centros comerciales, que habían sido objeto de una ley para limitar los alquileres de los locales, son motivos para pensar que hay un cambio.
«A pesar de esto», concluye Roig, «aún no se han tocado los temas de fondo».
Una idea con la que coincide el director de la consultora en economía Econométrica, Henkel García.
«(Los anuncios del miércoles) son una dinámica que ya habíamos visto antes», sostiene.
«Se hacen preanuncios, se crea expectativa, pero los problemas de fondo siguen sin resolverse».
Dichos problemas, coinciden los economistas, son sobre todo la escasez de divisas producto del control cambiario, el alto gasto público y la impresión inorgánica de billetes por parte del Banco Central de Venezuela.
Por otra parte, García se queja de la «falta de transparencia» de los entes económicos del gobierno, que no presentan las cifras de inflación y escasez acorde a lo estipulado.
«Estamos navegando a oscuras», dice.
Y concluye: «Esto no es más que una compra de tiempo».
Información de BBC Mundo